Manuel Ek
29 de septiembre 2014
El poder del gobierno de Quintana Roo se está retorciendo. Operadores políticos cercanos a Roberto Borge como el secretario de Gobierno, o el diputado Raimundo King están respondiendo con contundencia al «escándalo» de los ataques a la libertad de prensa, que por fin ha logrado ser escuchado no sólo a nivel nacional, sino internacional. Los «golpeadores» mediáticos del gobierno por su parte apuntan sus cañones tanto al PRD hacia el exterior, como contra los Joaquín a lo interior del PRI, mientras siguen apostando con el Congreso Local a la cabeza en reprimir la libertad de expresión de los ciudadanos con leyes estilo «mordaza».
La utilización partidista de la administración pública, y el intento de identificación de los que no siguen la línea impuesta se ha convertido en el despropósito antidemocrático más serio de los últimos años. Lo que se había avanzado, parece que se retrocede. La cámada de juniors malcriados y poco formados que están «gobernando» Quintana Roo están haciendo mucho daño a la esencia de la democracia. Sin embargo la gente, mal que bien, se expresa a través de las Redes Sociales, y «castiga» con sus comentarios la farsa del absurdo en que se ha convertido el circo de la política local.
En estos momentos no se trata de corrientes internas del PRI, ni de enfrentamientos entre este partido y el PRD (en el que se encuentran los mismos vicios), sino de hacer valer el criterio ciudadano de que no se puede continuar en la misma senda.
La democracia significa respeto a las ideas ajenas, pluralidad y compromiso cívico para defender la Libertad en mayúsculas.
Se «revuelven» y es momento de estirar, aunque nos cueste.
Add Comment