Se desató la alegría en Chetumal por la participación masiva de ciudadanos en la explanada de la Bandera. No creo en Rangel Rosado

7 de mayo 2016.

Sin duda, y aunque no aparezca en la «prensa escrita», ni en los otros medios de comunicación para oficiales, ayer se vivió un día histórico en la capital del Estado de Quintana Roo.

Sí el día del registro frente al IEQROO de Carlos Joaquín nos sorprendió el número de personas que quisieron acompañarle… ese calor humano ayer se multiplicó de forma muy importante.

La gente está perdiendo el miedo a expresarse, y a reclamar sus derechos en voz alta, ya sea en el anonimato o de forma pública.

Hoy, ya más sosegados, es un momento ideal para reflexionar sobre varias cosas. La imágenes de ayer, replicadas de forma viral, no nos dejaban mucho tiempo para pensar en lo que estábamos viviendo. Ante la ausencia de una prensa libre somos los ciudadanos los que tenemos que comentar abiertamente nuestras impresiones.

Me da mucho gusto ver que la gente está perdiendo el pudor a expresar por escrito sus impresiones en las redes sociales. Les reitero que no importa el estílo, ni la redacción, ni la ortografía…. lo que aportamos a los demás con nuestro testimonio es muy importante. Sí creo, sin embargo, que hemos de tratar de moderar nuestros adjetivos, para ser justos y precisos (aunque a veces es difícil lograrlo).

Honra ver como gente joven utiliza su creatividad para apoyar el cambio político, como los chicos de «Work in Art», que sin duda tienen un talento excepcional, o todos los grupos de jóvenes que se están sumando a las porras, a los cánticos, y a la fiesta ciudadana que se está convirtiendo esta campaña.

Da gusto encontrarse día a día gente «valiente» que está nadando contra corriente en sus puestos de trabajo, porque la «represión» gubernamental, y la «presión» partidaria a favor del PRI se están imponiendo, especialmente en los puestos que forman parte de la administración pública. También hay que valorar muy positivamente, a los muchos que tienen que silenciar sus preferencias, al interior de la administración, porque no podrían aguantar el ser «corridos» de sus lugares de trabajo por la situación económica, pero que desde el anonimato, comparten informaciones y apoyan silenciosamente un cambio político que cada día se ve más certero.

Este es un movimiento ciudadano, que ha aglutinado a las estructuras de diferentes partidos, y también a personas sin militancia partidaria, pero que se dan cuenta de los abusos en los que los últimos gobiernos han incurrido y quieren un cambio.

Éstos últimos no han sabido hacer política, porque no han buscado el diálogo con la sociedad, para logar el objetivo de convivir en armonía. Por lo contrario han abusado del poder, y finalmente la sociedad Quintanarroense ha dicho «basta ya».

Quiero concluir esta nota respondiendo la nota oficial que el gobierno del estado compartió ayer en relación a que el oficio a Televisa no era real, y que todo era producto de la guerra sucia. Señor Rangel Rosado con respeto le digo que no le puedo creer. Ello es así, porque en Quintana Roo conocemos su trayectoria, y también porque es capaz de utilizar un escrito oficial del gobierno de estado para denigrar y «presumir», que el candidato que presenta la alternancia es el responsable de inventar el escrito. Debería comportarse de forma institucional. No es apropiado de una persona con la responsabilidad que usted tiene señalar lo siguiente: «Presumimos que este reprochable intento de generar en la opinión pública una imagen negativa de este gobierno es parte de la guerra sucia emprendida por quien, en sus obsesiones personales y pasiones desbordadas por la búsqueda del poder por el poder, pretende ensuciar este proceso electoral y confundir a la ciudadanía».

Este es el mismo lenguaje que usa Román Trejo, David Romero, Guillermo Vázquez Handall, y otros «ilustres» comunicadores al servicio del poder. En mi humilde opinión un oficial de gobierno no debe dejarse llevar por presunciones, ni pasiones, entre otras cosas porque eso hace que lo que afirma no sea creíble.

Esperemos a ver que tiene que decir Televisa. Desconozco si ya se han manifestado. Pero el silencio de la empresa de comunicación, o el tardarse mucho en desmentir esta información, no hará sino confirmar lo que le estoy señalando: y eso hará todavía más daño a la credibilidad del gobierno al que usted representa en su escrito abierto a la opinión pública.

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