Reconciliación y justicia

11 de junio 2016

La ciudadanía quintanarroense ha levantado la voz pidiendo un cambio en el estilo de hacer política. Eso implica una justicia independiente del poder ejecutivo. Significa que la «venganza» debe desaparecer de las actitudes gubernamentales. El mandato ciudadano otorgado, en mi opinión, reclama generosidad en las actitudes personales, y justicia en las institucionales.

Es natural que frente a períodos tan largos de represión, como los que se han vivido en nuestro estado, existan heridas profundas en muchas personas. Sin duda este dolor ha estallado en este proceso electoral, y ha motivado que muchas personas hayan salido a la calle y hayan empujado el cambio. Sin embargo no sólo los que tuvieron la valentía de expresarse han sido perjudicados. Muchos han sufrido la «represión» en silencio. Otros callaban por un miedo y una prudencia que es lícita y comprensible. Buena parte de este sector ciudadano salió el día de la elección y fue fundamental para consolidar el cambio político del estado. Nunca me ha gustado la sentencia: «a los tibios los vomitaré de mi boca». Quizás sea cierta, y muchos nos vayamos al infierno por «debilidad», pero esa es la esencia del ser humano, y no creo que la cambiemos de la noche a la mañana.

Quintana Roo necesita reconciliación, paciencia y generosidad. Se ha señalado en muchas ocasiones a lo largo de la campaña que los «burócratas» son tambíen víctimas del sistema impuesto por Félix y Beto. El apoyo «silencioso» de estos burócratas ha sido básico para que Othón P. Blanco especialmente, y Quintana Roo en su conjunto, hayan logrado la alternancia política; y las actitudes que se tomen en los próximos años nos darán o quitarán la razón.

No me gustaría que las expectativas de cambio se frustaran entre los ciudadanos, como pasó en el año 2000, y menos desde antes de que se inicie un gobierno que debe modificar algunas de nuestras formas de gobernarnos. Se ha escrito en diferentes ocasiones que no podemos esperar que las cosas cambien de la noche a la mañana. La cultura política ciudadana se mueve lentamente, así como la de los partidos y las instituciones. Sin embargo, hay situaciones que debemos enfrentar de forma decidida.

Una de ellas es la independencia del poder judicial. Se ha de consolidar este poder del estado. Para ello el ejecutivo no debe intervenir, y el pueblo no creo que deba reclamar ni venganzas, ni escarnios públicos, ni siquiera elaborar listas negras de ningún tipo.

En mi opinión el mejor favor que le podemos hacer al Estado, es favorecer la convivencia entre unos y otros; y buscar la justicia institucional. Eso significa que desde el inicio del nuevo sexenio se garantice la independencia del poder judicial, y que en todo caso, los ciudadanos busquen justicia a través de la denuncia legal; para que ésta siga su curso, sin dejarnos llevar por los «linchamientos» populares, por mucho que en algunos casos éstos pudieran ser humanamente justificables.

El nuevo gobierno debe serlo de todos los ciudadanos. De los que apoyaron, de los tibios, y de los que estuvieron en contra. La «venganza», no debe tener espacio en la nueva forma de gobernar el estado de Quintana Roo. En este nuevo Quintana Roo debe prevalecer la inclusión y la justicia; para garantizar nuestra convivencia y desarrollo integral. Por eso han votado los ciudadanos… porque quieren un cambio en el estilo de hacer las cosas.

Add Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *