Desencanto por el equipo de transición

Me cuentan que el gobernador electo está observando cómo se desempeñan los integrantes de su equipo de transición. Sin embargo, muchas son las personas que guardan silencio, o que se encuentran decepcionadas por la primera acción política del futuro mandatario, y pocas las que sonríen esperanzadas. Los gestos, se convierten en hechos, y un político no tiene margen para jueguitos, ni experimentos (para eso están las consolas y otro tipo de simuladores).

Mi interpretación es que Carlos Joaquín mostró que tiene un equipo de personas fieles y muy cercana; que tiene la presión de PAN, PRD y otros intereses que desconozco; y que definitivamente no muestra mucho interés en colaborar con el sur del estado, para reconducir la gobernabilidad. Todo eso le condicionó para nominar su primer equipo. Sin duda, la tarea de seleccionar a la gente que te ha de acompañar no es sencilla, y siempre van a generarse críticas; pero los errores en política se pagan caros, y hay que ser muy preciso en las primeras acciones.

Dejó claro el gobernador electo que éste sólo era un grupo de trabajo para conocer el estado de la administración pública, y recibir lo que le entreguen. Señaló que su equipo se conocerá en su momento; pero en el ambiente de los que apoyaron el cambio de forma sincera, se percibe tensión, porque hay mucha gente que está cansada de simulaciones, y que lo que espera es responsabilidad y que se agarre el toro por los cuernos.

Un amigo, el otro día, me comentó que los estrategas de lo que queda del PRI se deben estar frotando las manos con alegría por varios de los que se integraron al comité de transición. Paralelamente, en las redes, se empezó a satanizar a los que se atrevieron a señalar que el sur se encontraba muy mal representado, o que los perfiles de muchos del equipo no eran los esperados. Se cerró filas, y como antaño se pontificó: “el líder sabe lo que hace”, “los que se quejan están buscando hueso o son traidores”, y otras cosas similares. A mí particularmente me hicieron sonreír, los que afirmaron: “nunca un gobierno había tenido tantas personas con posgrados”; o “por fin los perseguidos están en el poder: que tiemblen los golpeadores de antaño”.

Si el hecho es tener posgraduados en el gobierno, yo no perdería mucho tiempo: en las bolsas de trabajo de las universidades hay muchos jóvenes preparados, con estudios de maestría y doctorado concluidos y que no reciben un salario al final de la quincena. Pero me da la impresión que ese no es el punto. Los políticos que gestionen nuestro futuro deben estar lo mejor formados que se pueda, pero sobretodo deben tener sensibilidad, humildad para trabajar en equipo y para escuchar a expertos en su área, y una inteligencia emocional contrastada. En relación a los perseguidos que van a tomar venganza… pues, la verdad … yo no hice campaña para perder el tiempo, para que se vuelva a lo mismo de siempre, o para que surjan otras versiones de lo que representó Capeline. La justicia debe tener las condiciones para operar con autonomía y certeza, y ella debe encargarse de los “malosos”.

El gobierno no puede ser dejado en manos de inexpertos. El gobernador necesita una columna vertebral integrada por pesos pesados que conozcan bien el estado en su gabinete; pero eso tampoco significa que inserte a nombres ilustres a los que debe favores, o a los que los partidos le indican que debe elevar a las alturas. Existirán las críticas, pero si los seleccionados son los indicados, se superarán las críticas con la acción de gobierno, e incluso alguno de ellos pudiera tener la oportunidad de reivindicarse con su gestión frente a la ciudadanía. Tendremos que dejar pasar los días, y darle más tiempo a este equipo de transición; sin embargo, en mi opinión, hay que resolver las inquietudes y las dudas de los que no están para decirle “yes man” al gobernador electo, sino que lo que les preocupa es el futuro del estado de Quintana Roo.

Para concluir quiero mencionar alguno de los nombres del equipo que más me convencen: Francisco López Mena, Miguel Ramón Martín Azueta, Jesús Pool Moo, Manuel Alamilla Ceballos, Rocío Moreno Mendoza, Mercedes Hernández Rojas, Pedro Pérez Díaz, Eduardo Guerrero Gutiérrez, y Haide Serrano. Seguramente entre los que no señalo existirán otros perfiles valiosos. Entre éstos debería estar el responsable de la Secretaria de Gobierno, de Seguridad Pública, y de Educación, que en mi opinión son las áreas que requieren de un peso pesado al frente de la mismas.

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