16 de agosto 2016
De los cinco municipios más importantes del Estado de Quintana Roo, en Othón P. Blanco, Cozumel y Carrillo Puerto son en los que la participación electoral para la elección de presidentes municipales fue más elevada en el año 2016. Un 64.09% (94,949 votos) en el primero; un 61.19% (36,164) en el segundo y un 67.64% (28,185) para el tercero. Benito Juárez y Solidaridad tuvieron un 46.97% (206,427) y un 40.15% (52,221) respectivamente. Lo que resulta más significativo es que entre la elección del 2013 y la del 2016 Othón P. Blanco incrementó su participación en más de 19%, mientras que Carrillo y Cozumel se mantuvieron estables. Benito Juárez y Solidaridad por su parte incrementaron en un 7% la participación de sus votantes.
En el global de la participación para la elección de Gobernador, ésta se elevó en el estado de un 44.35% en 2010, al 54.06 en el 2016. En el 2010 la coalición PRI/PVEM/PANAL obtuvo 197,555 votos; mientras que en el 2016 perdió sólo unos 20,000 votos; alcanzando 177,769. En el 2010 la suma de PAN y la coalición PRD/PT/Convergencia obtuvo 156,216 votos; mientras que en el 2016 la coalición PAN/PRD alcanzó 227.703 votos en todo el estado.
De las 190,422 personas que votaron para gobernador en los distritos que van del II al VIII que corresponden a Cancún; 75,686 votaron por la coalición PRI-PVEM-PANAL y 71,154 por PAN- PRD. Mientras que para la presidencia municipal de Benito Juárez la coalición PRI-PVEM-PANAL conseguía 80,023 votos y la del PAN-PRD 49,116 (en el distrito I también se encuentran votantes de Benito Juárez. Éste se comparte con Isla Mujeres y Lázaro Cárdenas). En los distritos XIV y XV (que corresponden a Othón P. Blanco, más una parte que se encuentra en el XIII) de las 81,075 personas que votaron 53,384 lo hicieron por PAN-PRD; mientras que 20,706 por PRI- PVEM-PANAL. En relación al municipio de las 92,450 personas que emitieron sufragio; 55,469 los hicieron por PAN/PRD; mientras que 25,437 por PRI/PVEM/PANAL.
Carlos Joaquín empató la elección prácticamente en todo el estado; excepto en Cozumel, Solidaridad y Othón P. Blanco. En Benito Juárez es en el único sitio en el que el “empate técnico” le salió desfavorable (lo que contrasta con la severa derrota en la presidencia municipal).
En este contexto, deben ser satisfechas las expectativas de una ciudadanía que salió a votar en un porcentaje un 19% superior a la elección precedente en Othón P. Blanco; y que además lo hizo solicitando un cambio en las formas de accionar. Se han de tener en cuenta en el análisis los detalles:
- Si el PRI sólo perdió unos 20,000 votos en el global del cómputo entre el año 2010 y el 2016; y en el norte hubo un empate técnico desfavorable para la coalición PAN- PRD; es evidente que estos votos del PRI los perdieron entre los burócratas del sur del estado.
- Es claro que la amplia victoria electoral se debe a los distritos del sur del estado, y que esos votos se encuentran entre los ciudadanos que no participaron electoralmente antes, entre votantes del PRI que guardaron silencio y cambiaron su voto y entre ciudadanos que en otras ocasiones votaron por PAN y PRD y confirmaron su sufragio.
- Por lo tanto, si el gobierno de Carlos Joaquín, quiere responder a las expectativas, se debe a estos ciudadanos que demandaron el cambio, de una forma activa, o pasiva; y no puede dejarse llevar ni por los cánticos de venganza, ni por las ansias de botín de los cercanos.
La selección de la mayoría de los integrantes del equipo de transición que representan al sur del estado ha causado una profunda preocupación entre los sectores pensantes de la ciudad capital; por el conocimiento que existen sobre las cualidades profesionales de varios de ellos. Empiezan a aparecer los primeros comentarios argumentados en la prensa, y lamentablemente muchos son creíbles para los que conocen los diferentes sectores.
Es cierto que Chetumal devora a sus hijos, y que el ambiente político del sur siempre es de una tensión extrema. Sin embargo, el gobernador electo tiene que dar muestras claras a la sociedad que lo ha llevado al poder de querer un cambio real de la política local. Los operadores del gobernador no pueden equivocarse en este momento tan importante, y deben aconsejar con justicia y conocimiento de causa; para que el equipo de gobierno que se configure cuente con el mensaje claro de la necesidad de rescatar al sur del estado.
Es como si en la selección nacional de futbol pusiéramos a participar a jugares de tercera división, en lugar de jugadores profesionales. Los últimos no garantizan el éxito, pero por lo menos no siempre dejan con el ojo cuadrado y la boca abierta al conjunto de la población.
Ojalá se recapacite, se reconozcan los errores y se muestre respeto a esta parte tan noble del estado, que además define y seguirá definiendo el resultado electoral de la entidad, sin ningún tipo de ambigüedad. El sur debe aportar la estabilidad política que el gobernador necesita para conducir un estado tan complejo como el nuestro; pero para ello necesita sentirse incorporado realmente en el proyecto de gobierno.
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