26 de agosto 2016
A mi me parece muy bien que el gobernador electo pacte con el PAN, el PRD, el PRI, y con quien sea necesario para asegurar la gobernabilidad de Quintana Roo. Todo lo que sea unir para generar oportunidades, y un mejor futuro para el estado me parece estupendo. Sé que a muchos puristas les parecerá una barbaridad lo que estoy señalando; pero esa fue la esencia de la coalición que llevó a CJ a ganar las elecciones.
El rechazo al gobierno de Roberto Borge y Félix González, llevó a que una gran mayoría de personas se unieran para apoyar el cambio. Y me parece bien que ese espíritu siga consolidándose hoy en día.
Sin embargo, el pacto y las negociaciones se hicieron para cambiar la dinámica política del estado, no sólo para repartirse espacios (que sin duda van relacionados con el pacto). Los institutos políticos y el propio Carlos Joaquín deben ser exigentes para llegar a acuerdos equilibrados, que consigan que los mejores hombres y mujeres tengan la oportunidad de servir a Quintana Roo. La simulación y el «estar por medrar o por figurar» han sido castigados por el pueblo, y no escuchar la voluntad popular sería contraproducente para la democracia en el Estado.
El equipo de transición es una primera muestra de la voluntad de CJ en relación a la gobernabilidad en el estado. Es natural que las críticas sobre los integrantes del mismo no se hayan hecho esperar; cualquier persona postulada hubiera sido criticada. Sin embargo CJ ha de saber distinguir. Es responsabilidad suya el ejercicio del gobierno del estado. Hay personajes criticados por los «poderes ocultos», hay otros que lo son por profesionales del sector que tienen conocimiento de causa; otros por ciudadanos (informados o más desorientados que el Coyote con Correcaminos). Hay otros que nadie critica, porque poca gente los conoce (especialmente los que vienen de fuera).
Estos días he escuchado comentarios de todo tipo; sin embargo quiero reflexionar sobre dos de ellos en especial. «Si llegaron al equipo será por algo… quizás tienen alguna virtud…por lo menos para haber sido escuchados y estar en el equipo». La segunda: «los medios y los periodistas están desacreditados…no tienen credibilidad para criticar, ni para emitir opiniones sensatas».
En el «desmadre» que se ha convertido esta transición, y la tensión que la rodea, lo sensación que me transmiten estas ideas es que la capacidad de autocrítica se limitó. No hay nada más peligroso que no querer ver.. Para un dirigente político no hay nada más nocivo que la autocomplacencia.
Pensar que todo el que comenta, o crítica está buscando «chayo», es una pendejada en muchos casos. La crítica es sana, y debe ser fomentada, especialmente la que busca que las cosas mejoren; y todo comentario debe ser cuidadosamente analizado.
Es normal que los gobernantes se rodeen de una corte de aduladores que les aíslen del mundo, pero los ciudadanos debemos estar presentes, para recordar el camino. Los políticos inteligentes son los que saben escuchar con la mente abierta, y los que saben armar buenos equipos de trabajo.
Los que queremos un cambio ya conseguimos sacar a Beto, y a Félix… eso ya es ganancia. A mí me gustaría mucho que éste fuera un gobierno mejor, que cumpliese parte de las promesas que se realizaron. Ojalá CJ sea lo inteligente que me parece que es. Que huya de la autocomplacencia, y que no le guste rodearse de aduladores.
Ojalá que los partidos entiendan que tienen que proponer cuadros que sean honrados y profesionales…. y que tienen una responsabilidad histórica.
Sin embargo, no puedo evitar ser pesimista a estas alturas del partido. Las señales no son buenas, y pese a quien le pese esta es mi opinión. Ojalá las acciones me desmientan.
No hay nada que necesitemos más que un buen gobierno en Quintana Roo. Otro desencanto, sería tremendo para la democracia y la confianza ciudadana.
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