Se confirma la alternancia política en Quintana Roo: el PVEM/PRI tendrá la oportunidad de reconstituirse desde las divididas líneas de su oposición en el Congreso

5 de septiembre de 2016

El líder del PAN en el estado Eduardo Martínez Arcila va a ser el Presidente de la Gran Comisión; y cómo se ha visto, en las cinco principales comisiones del Congreso no aparecen nombres de priistas. Lo que se antojaba un escenario muy complicado, se ha logrado de forma elegante y sin escándalo mediático. Las fuerzas políticas que querían un cambio en el estado han pactado, y han acordado conformar un poder legislativo plural; frente a la hegemonía a la que nos tenía acostumbrado el Partido Revolucionario Institucional.
En congruencia con la guerra civil que se vive en el PRI, que se agravará en las próximas semanas, ha sido el líder del PVEM y Senador por Quintana Roo Jorge Emilio González el que se ha presentado en el Congreso para presenciar como los diputados del PRI se derrumbaban. Pereyra renunció al revolucionario institucional y como independiente se sumó a la coalición ganadora, y Candy Ayuso se reportó enferma, en un momento en el que nadie se puede enfermar; y en el que un político ha de saber morir si es necesario en el escaño defendiendo los intereses de sus representados. Leslie Hendricks se ha mantenido institucional, a pesar de que el grupo que encabeza su padre, va a reventar la dinámica interna priista, si el senador Félix González Canto se empecina en enterrar el partido, y pasarle la estafeta el PVEM, para que continúe viva políticamente esa “nueva generación de políticos” que inició su caminar en el año 2005, que tanto daño han hecho a nuestro estado, y que ya no tiene espacio ni futuro en el PRI.
Siendo objetivos lo que pasará a la historia en el día de hoy, es que por primera vez en Quintana Roo; los principales responsables del legislativo local representan la pluralidad ideológica y partidaria del Estado. Es cierto que el PRI y el PVEM han quedado fuera de juego, pero ellos mismos se lo han buscado, al tratar de utilizar esta institución no como la cámara legisladora de todos los quintanarroenses, sino como un instrumento partidario que tiene el objetivo de bloquear al poder ejecutivo. La pluralidad que hoy queda institucionalizada, hará que finalmente este poder tenga una fuerza política importante en el estado, y que las leyes y presupuestos se negocien con altura de miras, pensando exclusivamente en el interés de los ciudadanos del estado, sin fijarse en el interés partidario.
En este sentido, mi estimado José Luis Pech ha cometido un error político, al tratar de censurar a los diputados de su instituto político, acusándolos de moverse por cuestiones personales. Ciertamente no creo que eso sea así. En cualquier caso, el previsible voto de Pereyra, y la sorprendente enfermedad de Ayuso, hubiera hecho innecesarios los votos de Morena, y eso como en toda negociación seria lo sabían los representantes de los votantes de este partido. Éstos, sin embargo, optaron de forma inteligente por sumarse a un escenario de cambio político en el estado, y con su acción han permitido que su instituto político tenga una presencia destacada. ¿En dónde está el problema? ¿La vocación de Morena debe ser abstenerse de la participación política? Quizás Pech avala entonces las actitudes retrogradas y viscerales de candidatos como Linda Cobos, que sonreía a Luis Torres mientras platicaba con él en el Ingenio (en campaña), y que lo insultaba y le faltaba al respeto frente a los diez simpatizantes que tenía enfrente, en el momento en que éste se retiraba. Yo tengo una mejor imagen de Pech. Estoy convencido que se dará cuenta de su error, y que aplaudirá la inteligencia política de los diputados de su partido.
Entre los análisis que he leído me sorprende particularmente uno redactado por Pedro Canché. La verdad es que tengo una gran estima por este periodista. Él siempre tiene información privilegiada y no se equivoca prácticamente nunca. Señala que la selección de Eduardo Martínez significa que el próximo Secretario de Gobierno será Julián Ricalde. ¿Por qué esto debería ser así? ¿Qué nexos existen entre el panista y el perredista? Entiendo que Ricalde aportó una gran cantidad de recursos a la campaña, y que repartió mucho dinero a diestra y siniestra y que se le deben favores; pero también es el responsable político de la derrota de la coalición en las elecciones a presidencias municipales en Benito Juárez y en otros espacios en los que tuvo injerencia. Mientras Carlos Joaquín perdía por escasos 4,000 votos en Benito Juárez, Ricalde lo hacía por más de 31,000 votos. ¿Se han de premiar a los que el pueblo ha demostrado con claridad y contundencia que no acepta? Realmente, me gustaría mucho que Canché me sacara de mi error, y disculpara mi ignorancia en el conocimiento de las cañerías del equipo de transición.
Finalmente me gustaría hacer una reflexión sobre la participación de la sociedad civil en la vigilancia del proceso democrático. Soy un convencido de que debemos estar presentes, y señalar con honestidad y respeto los aspectos que pueden ser mejorados; así como los errores y las áreas oportunidad en las que queremos que el gobierno se vuelque y trabaje. Sin embargo, me estoy preocupando seriamente por el estilo de muchos activistas. ¿Por qué esa violencia a la hora de dirigirse a opositores, o a opiniones y actitudes de personas con las que no estamos de acuerdo? Realmente estamos en un momento que abre oportunidades para cambiar nuestra forma de comportarnos.
Criticábamos el estilo chabacano de Román Trejo, y hoy nos encontramos que plumas detrás de las cuales se esconden títulos universitarios utilizan el mismo estilo grotesco y descuidado. Nos molestaba la lambisconería de líderes priistas, y vemos como algunas personas no dejan de sorprendernos con su afán de protagonismo desmedido, con “selfies constantes” con actores políticos importantes, y con una conducta al más puro estilo jacobino, en el que ellos y sólo ellos se convierten en los grandes juzgadores de las actitudes de los demás. Estamos en un momento histórico, y pienso que hemos de estar a la altura. No debemos ser vulgares. ¿Creen que, con ese tipo de actitudes, su hubiera llegado al pacto que hoy estamos celebrando? Una de las habilidades de Miguel Ramón Martín Azueta, ha sido el de respetar su encomienda, darle a cada quién su lugar, y entender que la gobernabilidad de Quintana Roo no pasa por un grupo, sino por la suma de las voluntades de todos los que quieren el bien de Quintana Roo. Eso es entender el espíritu que los votantes reflejaron en las urnas, y el espíritu de estos tiempos. Los que escriben con mayúsculas porque creen que así se escucha más su opinión autoritaria, deberían hacerse a un lado y entender que estos tiempos necesitan de políticos democráticos profesionales con voluntad de servicio colectivo. El pueblo está cansado de gritos, de consignas y de autoritarismo: quiere diálogo, apertura de mentes y actitudes constructivas.

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