5 de octubre de 2016
A día de hoy ya prácticamente puede decirse que se encuentran completos la mayoría de los nombramientos importantes de las personas que acompañaran al nuevo gobernador en su tarea de gobierno.
Son muchas las reflexiones que se han hecho estos días, al calor de los nervios y de las sorpresas. Sin embargo, comparto la mía, ya con la calma y la perspectiva que dan los días.
Han sido muchas las decepciones, y pocas las celebraciones colectivas sobre la elección de personas que acompañarán a CJ en su encomienda y el gobernador ha sufrido el primero de los muchos desgastes serios que tendrá que saber gestionar en su encomienda.
Pudiéramos decir que es normal, y que cualquier persona que hubiera sido nombrada, hubiera sido criticada. La expectativa de la ciudadanía era muy grande, y era previsible una reacción como la que se ha generado.
El gobernador ha sido fiel a los pactos y ha colocado en puestos clave a panistas y perredistas. Ha sido fiel a sus amigos, y los ha situado en puestos de poder y de confianza. Ha sido fiel a sus aliados joaquinistas. y también les ha dado sus espacios; abusando en varios casos incluso de la lógica más elemental.
No ha creado entonces un gabinete para operar una propuesta concreta, seleccionando a los mejores elementos. Se ha dejado acompañar por los compromisos, y en cierta forma ha establecido un estilo que ya define tendencia.
A día de hoy, sigue sin aparecer un programa de gobierno. No tenemos una guía de trabajo. Una secuencia a seguir. En la campaña se señaló que la candidatura había sido improvisada, en la transición que todavía no era el momento… y ahora no aparece por ningún lado.
Es difícil saber lo que quiere el Gobernador de Quintana Roo. Rodeado de izquierda, derecha, cuates y aduladores incondicionales ciertamente no es sencillo diseñar un camino definido.
Quizás eso forma parte del juego partidario, y no es sencillo hacerlo en este juego de equilibrios. Sin embargo, creo que puede afirmarse que a este equipo le faltan ideas e inteligencia.
Veremos en el futuro si poco a poco va incorporando perfiles técnicos más convenientes, a la fecha esto no es así. Se ha acabado conformando una corte de «grillos», que en pocos meses probablemente, si carecen de un liderazgo claro, van a estar devorándose unos a otros, sin saber exactamente qué camino deben seguir.
CJ ha sido fiel a sí mismo. Advertí en alguna columna las importantes lagunas que encontraba en el equipo de transición, y alguién, incrédulo por lo que veía, señalaba: «son compromisos del líder.. los utilizará y los dejará caer». Pues no, no los dejó caer, a pesar de las críticas, en muchos casos muy bien fundamentadas. La verdad, es que se mantuvo en la línea, y como él mismo señaló asumió su responsabilidad, consciente de que ese y no otro era su equipo de trabajo. Lo felicito por su consistencia, aunque no estoy de acuerdo en que esa sea la mejor estrategia para lograr un buen gobierno.
En la sociedad civil y en la prensa han aparecido críticas y críticas; buenas, malas y regulares. Un buen líder debe saber distinguir unas de otras. En este caso se optó por cerrar los oídos y continuar hacia adelante. En mi opinión debería haber escuchado, porque al no hacerlo transmite la sensación de que no lo va a hacer en ningún momento, y eso no es bueno para un gobernante que pretender mantener su popularidad alta, y desarrollar un buen gobierno.
Son muchas las personas desencantadas. Hay que tenerles respeto. No debe pensarse que toda crítica significa frustración por no ocupar un puesto en el Gobierno. Había expectativas altas de cambio, y mucha gente honrada, bien preparada y mejor intencionada se ha quedado sorprendida.
«Politics is politics»…. pero en este caso histórico todos tuvimos la esperanza de que un cambio político fuera posible en el estado. De momento, me alegro del cambio de elite… pero me entristece el estilo que hasta la fecha ha mostrado esta naciente administración.
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