Madrugada del día 9 de noviembre del 2016.
Anderson Cooper preguntaba a su panel de expertos en CNN ¿cómo pudieron equivocarse las encuestas tanto? CNN iniciaba la noche electoral con el pronóstico de que Hillary Clinton conseguiría un mínimo de 268 electores y Donald Trump 204, para llevarse al colegio electoral que tiene que elegir al Presidente de los Estados Unidos. Dejaban, en todo caso, los resultados de algunos estados indefinidos, ya que para ganar la elección son requeridos llegar a un mínimo de 270 electores.
Desde la elección del año 2000 entre George W. Bush y Al Gore, nunca se había producido un resultado tan ajustado. Florida, Carolina del Norte, Virginia, Wisconsin, Iowa, Pensilvania, Arizona, Michigan, Ohio, New Hampshire se han decidido por menos de un 5% del voto… En varios casos, por menos de un punto porcentual…. y en todos los estados, excepto en Virginia ha sido Trump el que ha vencido por la mínima. En el año 2000 fue Florida la que decidió… hoy han sido varios los estados que han presentado un empate técnico, que se ha reflejado en la escasa diferencia de votos finales nacionales entre los dos candidatos (era de menos de un 1%, con un 80% contabilizado, a las 3.00 de la madrugada)..
Wolf Biltzer y John King han manejado un programa muy profesional en CNN. Utilizando un mapa interactivo que se alimentaba continuamente, King analizaba los resultados de Obama en las últimas elecciones, los contrastaba con la actualidad; y se iba a los condados para ver qué nivel de participación se llevaban en las zonas en donde habitualmente votaban demócratas o republicanos. Me ha sorprendido la increíble profesionalidad, y el conocimiento de la geografía electoral tanto de King, como de Biltzer… esperaban… esperaban…. a ver si reaccionaban los “supuestos nichos” electorales demócratas. Trump lideró en votos desde el principio en casi todos los estados en disputa, pero Hillary parecía recuperarse…. Y en algún caso, como en Virginia, lo logró.
Han sido unas horas “agónicas”… en la que muchos hemos pasado con el “jesús” en la boca… esperando nuestro “milagro”. Jake Tapper, con poco disimulada alegría señalaba que nadie pensaba que iba a ser una noche tan buena para Donald Trump. Dana Bash, no podía ocultar en este caso su decepción y empezaba a buscar argumentos, sobre cómo era posible que Clinton hubiera perdido: se remitió al argumento de siempre: “el votante estadounidense busca algo diferente y castiga el “establishment”… y Clinton refleja eso”.
Yo tenía la esperanza de que no se diera este resultado. Hillary me parece una buena candidata y creo que hubiera desempeñado bien su papel. Nunca podrá ya saberse como se hubiera conducido como Presidente de los Estados Unidos. Trump me parece un personaje “inestable”. Conocí el lado oscuro de los conservadores estadounidenses, cuando viví en Washington, y eso me llevó a salir corriendo y a buscar trabajo en Chetumal. La diferencia es que George W. Bush inició como un “conservador compasivo”, y se radicalizó tras el ataque a las torres gemelas. En este caso, Trump llega “desatado”, y con un mandato claro de “engrandecer a los Estados Unidos”, a costa de lo que sea, y sin importar las formas ni los medios.
No será tan sencillo, como cree Trump, gobernar la nación estadounidense, ni imponer su estilo agresivo. Dicen que Truman, refiriéndose al general Eisenhower en 1950, señaló: “pobre hombre: piensa que esto será como gobernar un cuartel y se va a frustar”. El general únicamente gobernó un periodo, y efectivamente se frustó. Los problemas en el exterior y en el interior de los Estados Unidos son tan grandes, que no creo que Trump se pueda fijar mucho ni en México, ni en su “dichoso muro”. Veremos cómo le va a los indocumentados en los Estados Unidos. Sin embargo, nunca es bueno tener un presidente con estas características de vecino.
El otro día un amigo, politólogo gringo me dijo que Trump no tenía posibilidades de triunfo reales: para ello tenía que ganar Colorado o Pensilvania… Pues resulta que agónicamente, pero ha ganado Pensilvania, declarándose precisamente su victoria al conseguir la victoria en este estado (que le hacía superar los 270 electores). Justo en ese momento ha subido al podium para agradecer a sus seguidores por la victoria (los pocos estados que quedan por definirse le van a dar un margen mayor).
Mi respeto siempre estará con la candidata demócrata. Ahora todos le buscarán los problemas y las debilidades. En mi opinión ha competido con dignidad, y ha sido una desagradable sorpresa que una mayoría del pueblo estadounidense le haya otorgado más votos a Trump. Sin embargo, así es la democracia …. veremos cómo nos afecta esta elección en el futuro.
La sorpresa final la dio John Podesta, coordinador de la campaña de Clinton, a las dos de la madrugada, cuando envió a sus simpatizantes a descansar sin reconocer el triunfo republicano. El aparato demócrata introdujo la idea de que los resultados eran muy apretados, y que todavía era necesario completar los recuentos con calma. Media hora después, y tras las críticas de muchos comunicadores Clinton llamaba a Trump, felicitándolo y concediendo el triunfo electoral.
Minutos después, y tras el otrogamiento del triunfo en Pensilvania, el nuevo presidente electo de los Estados Unidos hacia su declaración triunfal, destacando su respeto por Hillary Clinton, y dejando en claro que en su misión principal será la defender los intereses de los Estados Unidos de América, sin buscar confrontaciones innecesarias.
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