31 de enero de 2017
La dinámica política mexicana se ha complicado en las últimas dos semanas de una forma intensa.
Eso, como se señala en las redes, está haciendo que desviemos la atención sobre la discusión de temas de política interna. No me parece del todo mal porque la amenaza de Trump no debe tomarse a la ligera.
Tampoco me parece erróneo porque tendremos tiempo de retomar los debates internos.
Vienen de nuevo tiempos electorales y la ciudadanía va a seguir cuestionando a los políticos.
En el caso de Quintana Roo me llama la atención los siguientes temas:
1. El Gobernador acaba de presentar, como lo hacía Beto y Félix, una renovación parcial del parque vehicular policial (como cada año se hace con fondos federales), y ha anunciado las instalación de cámaras de videovigilancia en todo el estado, como le reclaman los grupos económicos que tiene detrás. Sigo sin tener clara la estrategia de fortalecimiento institucional de las policías, ni la existencia de un plan público de gestión, que guíe a este área de política toral para la estabilidad del estado. No encuentro diferencias entre las anteriores administraciones y ésta en temas de gestión de la seguridad pública.
2. También ha anunciado CJ que en breve presentará el Plan de Desarrollo de la entidad. Por fin lo hacen. Si distribuyen la información de forma adecuada podremos dialogar sobre los proyectos del ejecutivo. Han tenido demasiado tiempo para hacerlo, espero que no haya sido un trabajo realizado por diseñadores de imagen, que colaboran en las empresas cercanas al gobierno, y que sea un plan de desarrollo sólido. Tendremos tiempo para analizarlo y desgranarlo. Desde luego no se cumple con el requisito de la participación ciudadana en el diseño del mismo.
3. Por otra parte parece ser que finalmente el ejecutivo ha cedido y va a formalizar los nombramientos de su gabinete oculto. Juan de la Luz y Rocío Moreno van a salir de las tinieblas. No tienen los cinco años de residencia en el estado, pero eso es lo de menos a estas alturas. Recibo con alegría esta noticia, y ahora sólo falta que realicen su «tres de tres», y conozcamos con detalles al verdadero poder tras el trono.
4. Finalmente dos integrantes del grupo «Tepito», Felipe Ornelas y Manuel Alamilla amplían su poder, y van a ocupar nuevas posiciones importantes. El primero en la vocería del Gobierno (ojalá se desempeñe bien), y el segundo en la Junta Directiva de la Universidad de Quintana Roo. En este segundo caso creo que el nombramiento es innecesario, y refleja un retroceso en el respeto que el ejecutivo debe tener por la Universidad. La presencia del Oficial Mayor en la Junta Directiva simboliza un movimiento de control gubernamental sobre la máxima casa de estudios un tanto grosero. Es sintomático que docentes que se hicieron un nombre defendiendo la «autonomía universitaria», ahora defiendan esta clara intromisión del gobierno. Queda un poco más claro que su interés no era la búsqueda del bienestar universitario, sino su cercanía e influencia a la toma de decisiones en la máxima casa de estudios (lo que no les aparta de los pecados que ellos mismos condenan). Significa también que el gobierno está preparando la llegada del Dr. Rafael Romero Mayo como próximo Rector de la Universidad, y que el Gobernador quiere tener el control de la sucesión de la actual administración a través del Mtro. Manuel Alamilla. Si eso se concreta, la UQROO, regresará a tiempos muy oscuros; logrando eso sí una sintonía muy coherente con los nombramientos que ha realizado en el resto de los centros de educación superior en Quintana Roo.
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