Reflexiones tras la tragedia

20 enero 2019

Tras conocer las primeras noticias de la explosión del ducto de PEMEX en Hidalgo; especialmente tras ver los videos, me dí cuenta de que éste será otro de los momentos que recordaremos durante todo lo que nos quede de vida.

No he comentado nada este fin de semana, porque todavia tengo el corazón encogido.

Las reacciones han sido las esperables. Hay excelentes columnas de análisis, que identifican con bastante claridad los interrogantes; encontramos sobrecogimiento por la tragedia, y cómo en todo fenómeno doloroso, comentarios poco rigurosos que sólo contribuyen a echarle sal a la herida y no llevan a ningún lugar.

¿Quién es el culpable o responsable? Esta es la pregunta que nos gustaria resolver de forma sencilla; y que no tiene respuesta clara. Sin emgargo, es la cuestión que nos acompañará muchos años, y que cómo en otras tragedias evitables nos estaremos repitiendo una y otra vez.

Por una parte en la crisis del combate contra el robo de combustibles, el Gobierno ha actuado de forma precipitada e imprudente. Ha contribuido a generar una sensación de caos y urgencia entre la población; y no ha dado muestras de manejar la situación con sensatez.

Por otra el gobierno no es culpable de una tragedia de este tipo; a pesar de la actuación negligente de la autoridad que se encontraba sobre el terreno. Probablemente ni ellos mismos imaginaban que una tragedia de este tipo podía generarse. En otro caso, la responsabilidad seria totalmente de ellos por no utilizar de forma adecuada a los elementos de la fuerza pública que se encontraban presentes.

Desde luego, la culpa no la tienen los muertos, ni los heridos. Ciudadanos desinformados, más que los agentes gubernamentales, en una situación vulnerable.

Quizás esto sirva para que las autoridades sean más previsoras, y la población más prudente. No creo que tenga ningún sentido que sirva para golpearse en redes; ni que rasgarse las vestiduras ayude en nada.

La tragedia es impresionante, y no se va a olvidar echándole tierra a la zanja; como se ha hecho en tantas ocasiones.

Add Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *