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La reunión del pasado 24 de abril en el municipio de Othón P. Blanco del Secretario de Seguridad Jesús Alberto Capella y del “asesor” Juan de la Luz Enríquez Kanfachi (así lo presentó el presidente municipal con una medio sonrisa), me ha hecho pensar sobre las relaciones entre los diferentes poderes locales en Quintana Roo; entre el gobierno estatal y MORENA y en los pactos futuros para la gobernabilidad en el estado.
Se presentaba la propuesta sobre el mando único policial y la incorporación de Othón P. Blanco al mismo. Éste es uno de los temas claves de la gobernabilidad del Estado y va a poner a prueba si la administración estatal logra establecer pactos con los poderes locales que están en manos de MORENA (y que como señaló Capella cuentan con las tres corporaciones policiales municipales más “profesionales” y “consolidadas”).
Tras las preguntas de la regidora Mary Hadad, el secretario Capella se excusó por cuestiones de “agenda” y se pospuso la reunión para otra ocasión. Hasta la fecha en las que se redactan estas líneas todavía no se ha continuado públicamente con el debate sobre la incorporación del municipio al mando único. El estilo poco dialogante de Capella no es adecuado para la construcción de los pactos que se van a necesitar tanto con los municipios, como con el futuro congreso local.
Llamó la atención la presencia de Juan de la Luz Enríquez en la misma. En Quintana Roo se sabe de la fuerza política del “asesor” del Gobernador, pero no se está acostumbrado a verlo en vivo y en directo, porque suele mandar a sus operadores políticos. Su presencia en esta reunión significa que para la administración estatal el mando único policial es importante, que no confía en el “tacto político” de Capella, ni en sus propios operadores tradicionales, o las tres cosas al mismo tiempo. También puede reflejar que Juan de la Luz quiere hacer entender con claridad su estrecha relación con el Secretario de Seguridad Pública Federal Alfonso Durazo, y que quiere operar personalmente un pacto político a gran escala entre el gobierno federal y el gobierno estatal.
Una reunión de este tipo debería hacer llegado “planchada”, pero no lo estaba, y finalmente los flamantes funcionarios públicos no consiguieron su objetivo. ¿Cómo políticos tan experimentados, no pudieron hacer mella sobre la flaca caballada morenista del municipio? ¿Por qué se pusieron nerviosos frente a los cuestionamientos de Julio “Taquito” y de Mary Hadad?
Capella es mecha corta. Se sintió ligeramente cuestionado por regidores del sur del Estado de Quintana Roo (a los que me pareció que desprecia), y cortó la reunión. Antes Enríquez le había interrumpido, y viendo como la reunión se hundía frente a las preguntas de Hadad, y la agresividad de Capella, empezó a explicar su versión sobre las bondades de la coordinación. Trató de halagar a la regidora, y de mostrar conocimiento sobre la clase política local (Capella no sabe ni le importa quién es quién). No lo hizo mal, pero algunos criticaron que después de residir unos quince años en Quintana Roo, todavía se excuse de ser foráneo, y que en lugar de hablar de Quintana Roo de forma directa, hable del bien de México en general.
Hay que reconocer que la gente es muy sensible, y no es para menos, después de la enorme distancia que los ciudadanos perciben entre los gobernantes y la ciudadanía, y la idea de que la administración pública ha despreciado el talento local, primero por los compromisos con Moreno Valle, y después con la llegada de Capella y su equipo de trabajo, por las actitudes que se han publicitado (la llegada del Fiscal ha generado menos ruido). También es cierto que el sur del Estado está muy sentido y decepcionado por lo que perciben como un abandono por parte de una administración que prometió apoyar la recuperación de la dignidad política y económica de esta región de la entidad.
¿Por qué es posible el pacto de Juan de la Luz y Alfonso Durazo? Los dos son viejos conocidos y amigos. Mientras Durazo era secretario particular de Luis Donaldo Colosio, Juan de la Luz lo era de uno de sus mejores amigos y colaboradores; José Luis Soberanes Reyes, subsecretario de Desarrollo Urbano e Infraestructura de la SEDESOL creada por Colosio.
En esa ecuación de relaciones encaja también el ex alcalde de Puebla Luis Bank Serrato, integrante del Grupo “Finanzas”, estrechamente relacionado con Moreno Valle. Tras el homicidio de Colosio, José Luis Soberanes fue electo Senador por Sinaloa y presidente de la Comisión de Desarrollo Social, de la que fue secretario técnico Luis Bank. Recientemente Soberanes se desempeñó a partir del 2014 como presidente del Consejo Consultivo del Sistema Estatal para el Desarrollo social de Puebla, y como Secretario de Desarrollo Social de Moreno Valle; para posteriormente irse a la alcaldía de Puebla acompañando a Bank como Coordinador General del Instituto Municipal de Planeación y como secretario del Ayuntamiento.
La buena comunicación y complicidad de la actual administración con el difunto gobernador de Puebla, muestran que esas relaciones personales están vivas y que siguen operando de forma discreta; y apoyan la idea del acercamiento que Enríquez Kanfachi está intentando tejer con el gobierno federal para la gobernabilidad en Quintana Roo. Estos pactos de élites, no necesariamente van a ser entendidos por regidores, y diputados de MORENA, lo que implica que de forma personal se tenga que ver implicado en las negociaciones que tienen que venir y que ya apuntan hacia el final de la actual administración y la sucesión del gobernador de Quintana Roo.
Capella no entiende en donde se metió (aunque no le importa mucho). Él va a su rollo, como si fuera un técnico de un equipo deportivo con chequera abierta para mantener la categoría. Se cree eso de que es el “quaterback” de moda, y amenaza a policías, y trata de vender su “pomada mágica” con actitudes arrogantes. En el fondo sabe que poco es lo que puede conseguir, porque, entre otras cosas, no tiene control de la fiscalía (de la que poco se habla), sin la que es imposible cumplir su misión, y que es una de las instituciones más penetradas, ineficientes y corruptas del Estado. Si conoce esta situación ¿cuál es su interés para seguir con su estilo de liderazgo, y porque no le baja dos rayas para tratar de llegar a acuerdos con los diferentes actores locales?
Para Juan de la Luz Enríquez Kanfachi, y para el Gobernador de Quintana Roo esas actitudes representan un riesgo. Necesitan de los pactos con los municipios, con los futuros legisladores locales, y con los no muy experimentados políticos de MORENA que tienen una ideología marcada y que quieren responderle al pueblo que votó por ellos (el resto de los representantes de MORENA tienen una amplia experiencia política en el PRI o en otros institutos políticos y llegarán a acuerdos sin problemas).
El gobierno de Quintana Roo cree requerir de un mando único y no hay duda que necesita resultados en seguridad, para que no le brinquen al cuello ni los empresarios con intereses en el sector turístico, ni la ciudadanía. También necesita del apoyo del gobierno federal para combatir el Sargazo y asegurar la distribución de todo tipo de recursos. Sobre todo, aspira a una salida tranquila, y a una sucesión ordenada, en un contexto de enojo social muy grande.
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