26 de septiembre 2019
Hay cosas que se pueden hacer en política y otras que no. La política de comunicación del Gobierno de Quintana Roo en relación al homicidio y exposición pública del inspector José Antonio Archi Yamá es un gran error ético que genera frustración y alarma en la sociedad. Todo tiene un límite … y la administración está abordando el tema de forma errónea.
1. Llamar al orden a los comunicadores y obligarles a publicar a favor del gobierno es lo que hacen los regímenes autoritarios. La gente no es estúpida y se da cuenta. Esto resulta contraproducente, no para los periodistas, que hacen su chamba, sino para el gobierno, que evidencia su nerviosismo y torpeza.
2. Abordar de forma soberbia y altanera la crisis, y volver a culpar y a amenazar a los policías de todo es muy poco inteligente. Capella demuestra que no tiene el control ni la confianza de la gente con la que trabaja.
Se ha dicho por activa y por pasiva. ¿Cómo se nombra recientemente a un coordinador de Mando Ünico del que se presumen contactos con el crimen organizado? La responsabilidad es del Secretario de Seguridad Pública, que debería ser destituido de forma inmediata por acción o por omisión. O es cómplice, o es un gran mentiroso.
Toda esta serie de despropósitos suceden en el momento en el que el gobernador anda de gira por España. ¿También se ha ido Juan de la Luz Enríquez?
Si el poderoso asesor está en Quintana Roo todo esto es su responsabilidad; si está fuera, qué desmadre le están organizando al gobernador en su ausencia.
Por si fuera poco el gobierno, desesperado, casualmente aprovecha el momento para atacar a los que considera sus enemigos, creando una cortina de humo.
Como en las películas: no han sabido mantener la calma en combate, se han confundido de batalla, se han cegado por no ver las cosas con perspectiva; y su error irresponsable ha causado gran daño a la convivencia en el estado. Hace tiempo que no se sentía tanta tensión.
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