11 de diciembre 2019
Los datos de Incidencia Delictiva del Fuero Común del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública para el 2019 cierran sus números a finales del mes de octubre.
Según el SESNSP en Quintana Roo este año, hasta finales de octubre hubo 1,263 homicidios. De ellos 572 dolosos (básicamente homicidios), y 691 culposos (2 con arma de fuego, ninguno con arma blanca, 155 ocurridos en accidentes de tránsito, 333 con otro elemento, y 201 no especificados).
En el 2018 de los 761 homicidios que se registraron hasta finales de octubre, 625 eran dolosos y únicamente 136 eran culposos (ninguno con arma de fuego, o con arma blanca, 139 ocurridos en accidentes de tránsito, 17 con otro elemento, y 17 no especificados).
En 2017 de los 390 homicidios, 287 fueron dolosos y 103 culposos (ninguno con arma de fuego, o con arma blanca, 134 ocurridos en accidentes de tránsito, 1 con otro elemento, y 3 no especificados).
En 2016 de los 232, 137 fueron dolosos y 95 culposos (ninguno con arma de fuego, o con arma blanca, 95 ocurridos en accidentes de tránsito, 12 con otro elemento, y 6 no especificados).
Los datos son preocupantes y hacen sospechar de un engaño por parte del Gobierno del Estado de Quintana Roo por varias razones:
1. A finales de octubre del 2019 el número total de homicidios en Quintana Roo de 1,263 es superior al del total final de los años anteriores. En 2018 hablábamos de 936, en 2017 de 497, y en 2016 de 278. No hay por lo tanto disminución de casos, sino todo lo contrario.
2. De 2018 a 2019 repentinamente los homicidios culposos, que no se consideran asesinatos, aumentan de 136 a 691. ¿Cómo puede explicarse esta cifra? En el 2019, 155 personas murieron en accidentes de tráfico, lo que es más o menos consistente con los 139 del 2018, los 134 del 2017 o los 95 del 2016.
3. ¿Cómo es posible que hasta finales del 2019, 534 personas entren en la categoría de «con otro elemento» o «no especificados»? ¿Se está contando mal, ha cambiado tan radicalmente la situación, o hay un interés en ocultar información, y reducir los números de homicidios «dolosos» que se contabilizan en el estado?
En mi opinión esta situación es como mínimo extraña y me hace desconfiar. Jesús Alberto Capella ha iniciado una política que no sé si considerar como de «promoción personal», o como de intento de vender una buena imagen de sus resultados en los medios de comunicación nacionales, que han desagradado, por su aparente frivolidad a muchos.
La realidad es que el mando único no parece que esté dando resultados y la inseguridad sigue creciendo en Quintana Roo.
Desde una perspectiva metodológica, esto ampara mi tesis que para comparar las tasas de homicidios de México, tanto a nivel nacional, como estatal, nos tenemos que ir a los homicidios en general. Es demasiado fuerte la tentación de las administraciones de desviar el número de homicidios y ocultarlos en otras categorías que reduzcan el impacto de la realidad.
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