24 de junio 2020
Ha generado muchos comentarios la publicación de esta mañana en la que señalo lo difícil que es explicar un estilo de vida tan lujoso como el que presume Jesús Baltazar Suárez.
Estoy sorprendido sobre algunos comentarios que defienden al funcionario y califican de envidioso a su servidor y a otros que se escandalizan por la fortuna aparentemente repentina de este maestro indigenista.
Les voy a explicar: un servidor público no está trabajando para enriquecerse, sino como se indica, para servir al pueblo.
Palazuelos no es un personaje a imitar, y menos si no se puede explicar de una forma convincente de donde provienen los recursos que se derrochan. Todo funcionario público está obligado a rendir cuentas. La impunidad es uno de los grandes problemas de nuestro país y no debe protegerse o ampararse los posibles casos de corrupción.
Si Baltazar no da explicaciones convincentes, la alcaldesa, su patrón político Pedro Pérez, o el mismo gobernador deberían sustituir a este funcionario, e iniciar de oficio investigaciones sobre enriquecimiento ilícito.
Si ello no sucede la gente no va a olvidar, porque se siente francamente ofendida por el cinismo y la cara dura de muchos políticos avorazados.
Esto no se arregla con mentadas, sino dando la cara y aclarando las dudas. En otro caso, mejor dedicarse a la iniciativa privada; de esa forma únicamente hay que darle explicaciones a la secretaria de hacienda y pagar los impuestos municipales que correspondan.
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