Los primeros pasos de López Mena al frente de la UQROO

El viernes 16 de agosto la Junta Directiva de la Universidad de Quintana Roo eligió como rector a Francisco López Mena, el ex secretario de Gobierno; que se mostraba feliz por lo el que él mismo calificó como su “regalo de cumpleaños”.

A pesar de su felicidad, la toma de protesta fue a puerta cerrada, y un grupo de agremiados al sindicato universitario SAUQROO desgañitaba sus gargantas en el exterior del salón de rectoría reclamando la firma del “convenio colectivo de trabajo”, y demeritando el proceso de selección del nuevo rector.

Manuel Alamilla se apresuró a tratar de convencernos que el proceso de selección había sido abierto y transparente. Cómo si las hojas de vida de los candidatos, y sus experiencias no fueran suficientes, crearon un mecanismo objetivo de preguntas para que todos tuvieran oportunidad de expresar sus conocimientos sobre los mismos. Por supuesto, como los dados no estaban cargados, seguramente el panista no recibió las preguntas previamente, ni tuvo ningún apoyo por parte del aparato gubernamental. Cuesta mucho creer que eso es así. A mi más bien me parece que el oficial mayor nos trató de engañar, y pensó que además teníamos la obligación de creernos sus explicaciones y la simulación.

La realidad es que ya se eligió un nuevo rector. Un político panista perteneciente a las élites tradicionales, que no ha destacado nunca por la brillantez en su actividad política. Un actor de la coalición que sostiene al gobernador, y que después de muchos rumores sobre su cese por ineficiencia, al final encontró una salida “digna” en la rectoría de la máxima casa de estudios del Estado. No entiendo tampoco su reciente interés por el mundo académico, ya que, a pesar de sus 66 años de edad, esperó hasta fechas muy recientes para obtener su grado de maestro en educación. Para los que nos dedicamos al mundo universitario su trayectoria y su interés por la academia es muy pobre y genera desconfianzas.

Tendremos que esperar a ver cuál será su equipo de trabajo. ¿Mantendrá durante un periodo razonable a los funcionarios que acompañaron a Ángel Rivero Palomo? ¿Se traerá a sus colaboradores cercanos de la secretaría de gobierno, alguno de los cuales piensa que conoce la Universidad? ¿Pactará con los grupos internos de la Universidad? ¿Descansará en la panista Secretaría de Educación, y en el Subsecretario Romero Mayo, que tiene fuertes vínculos con el liderazgo del sindicato universitario SAUQROO?

Han circulado rumores de que López Mena posicionaría a su rival por la rectoría José Luis Esparza, como próximo Secretario General de la Universidad. Esta posición debe ser ocupada por reglamento por un profesor de carrera. Únicamente Roberto Borge se atrevió durante un breve período de tiempo a romper con la norma. El grupo de Esparza, en el que se encuentran profesores muy reconocidos como Luis Fernando Cabrera, ha tenido experiencias directas de gestión; especialmente durante el periodo de Lourdes Castillo Villanueva como Secretaría General (en el segundo mandato de Pech Várguez); y fue cruelmente reprimida en la administración de Elina Coral, por sus problemas personales con la Secretaría General de entonces, Nancy Quintal, que también presentó sus papeles para competir como rectora en esta ocasión.

Sería una jugada inteligente que Esparza aceptara este pacto que desde hace varias semanas circula en el ambiente. De esta forma Manuel Alamilla quedaría bien con su mentor, que es Luis Fernando Cabrera, y todo el mundo estaría feliz. Sin embargo, importantes figuras políticas del estado no ven probable este pacto, en parte por lo que califican “carácter extremadamente soberbio” de Francisco López Mena. Según estas versiones, nunca aceptaría a un “competidor”, como su máximo colaborador.

No estoy tan seguro, porque la política es pacto, y no le vendría mal al rector tener cerca a gente conocedora del mundo universitario. Además, Esparza hizo activamente campaña a favor de Carlos Joaquín González, y no tiene una mala relación con las autoridades educativas estatales. Por otra parte, mantuvo una campaña limpia y nunca se expresó mal del que inevitablemente iba a ser rector (a pesar de los alucines de Alamilla). En esta vida hay que ser realista y lo importante es que la Universidad siga progresando de la mejor manera posible.

Hay que adaptarse a lo inevitable; sin embargo, en cualquiera de los casos, la confianza interpersonal entre las “vacas sagradas” de la UQROO, que nunca ha sido muy sólida, se va a resentir. ¿Cómo sumarse a un pacto, cuando se ha buscado la autonomía? ¿Cómo abandonar a su suerte a la UQROO, que para muchos, sinceramente, ocupa un gran espacio en su corazón y compromiso vital? El dilema no es sencillo.

Mientras tanto el nuevo rector, con aires de estadista conquistador, y mirada de galán de la época del cine de oro, ya ha cometido su primer error. Acercarse a las autoridades de un sindicato que utiliza el chantaje y la simulación, para en lugar de obtener beneficios para los trabajadores universitarios, privilegiar los intereses personales de sus dirigentes (algunos de los cuales son idealistas y creen sinceramente en su causa; mientras que otros no merecen el mínimo respeto).

Las propuestas del convenio colectivo que promueven, y que reclamaron en la toma de protesta de López Mena a grito pelado, son antidemocráticas; propias de un sindicalismo de cuño priista tradicional, y pretenden acabar con la posibilidad de que tanto profesores, como estudiantes, como trabajadores tengan una representación efectiva en los órganos de toma de decisión de la Universidad. Son una muestra de poca creatividad y un retroceso muy grande en las conquistas logradas en el mundo laboral mexicano.

¿Qué se demanda en el contrato colectivo?

  1. Reglamentar la relación de trabajo de la Universidad con los trabajadores miembros del SAUQROO.
  2. La Universidad debe reconocer que el SAUQROO es el único representante del interés profesional de todos los trabajadores de la Universidad y el único con derecho a la contratación colectiva de los trabajadores en todas las actividades de la UQROO.
  3. Conceder permiso con goce de sueldo a todos los integrantes del Comité Ejecutivo del SAUQROO
  4. Que el contrato colectivo de trabajo condicione a todos los trabajadores de la Universidad
  5. Que la Universidad de aviso al SAUQROO cuando un trabajador administrativo pase a desempeñar tareas académicas.
  6. Que la Universidad entregue al SAUQROO 100.000 pesos al año para fomentar el deporte entre los trabajadores. Para el desfile del 1 de mayo se entregarán también 100.000 pesos.
  7. Que los trabajadores integrantes del SAUQROO reciban 500 pesos por concepto de despensa mensualmente.
  8. Que la Universidad entregue al SAUQROO 200.000 pesos mensuales para gastos administrativos y de ayuda sindical
  9. Que la Universidad entregue un local al SAUQROO en cada una de las instalaciones de la misma.
  10. Que se establezcan condiciones laborales, tabuladores y otros aspectos que ya están regulados por reglamentos existentes que han sido aprobados por representantes electos de los trabajadores.

Tradicionalmente, en todos los órganos de gobierno de la Universidad ha habido presencia de académicos y estudiantes. El sindicato creado, al que tratan que se incorporen todos los trabajadores, pretenden que sea el único órgano de representación. De esta forma se elimina la participación de los integrantes de la comunidad democráticamente electa en los diferentes órganos de gobierno. Quieren crear una nueva mafia y que todos aplaudamos.

Lo que yo veo es una intención de concentración de poder personal, que se refleja en estímulos económicos poco transparentes para unos pocos, y un secuestro de la comunidad universitaria. Es ésta una solicitud de recursos para actividad sindical desproporcionados para una institución relativamente pequeña en tamaño como es la Universidad de Quintana Roo.

Pudiera decirse que López Mena ha cumplido escuchando; sin embargo, es ésta su primera acción, y su primer error. Fue electo el viernes y el martes 20 ya los estaba recibiendo, dando por sentado que representan a todos los trabajadores de la Universidad. La verdad es que hay muchas muestras en la historia de la UQROO, en que estos “representantes” y sus simpatizantes, han perdido elecciones internas, en momentos en que la mayoría silenciosa se ha cansado de sus amenazas y postureos. Otros se preguntarían ¿fue un error, o está pactando con las autoridades sindicales? Si eso es así, se arrepentirá cuando sea traicionada su confianza.

Esperemos que aprenda rápido, porque en otro caso, veremos un periodo oscuro de gobierno. Hay gente que dice que no hay nada peor que un desconocedor con iniciativa, y eso podría afectar mucho el futuro de la Universidad.

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