25 de abril del 2016.
En Chetumal, la ciudad en la que Félix González Canto descolgó el pendón que está acabando de definir la campaña, hoy paseamos entregando publicidad electoral, y platicando con la gente, mientras acompañábamos a los candidatos de UNE a la presidencia municipal de Othón P. Blanco, y la diputación del distrito XV.
Algo ha cambiado este fin de semana. Ayer Olga Candelero me dejó esperándola para tomar un café, porque le llamaron de emergencia y estaba apoyando a una familia de escasos recursos que le pidió un favor; hoy una activista joven y entusiasta me comentaba sobre otra petición que le había llegado de otra familia (en relación a un niño de ocho años que necesita unas pruebas médicas). Me llamó la atención que algunos vecinos detenían mucho más tiempo a los candidatos, y platicaban con ellos. Los asistentes de ambos tomaban notas y apuntaban informaciones. Me acerqué a preguntar. ¿Qué está pasando? Y me respondieron la gente se está acercando a pedir favores solicitan cosas concretas.
Existe en la política mexicana (también en la centroamericana -que conozco bien-) la costumbre de que es a los políticos a los que se les deben pedir «favores». La gente común tiene tantos problemas que se ve abocada a pedir apoyos puntuales para salir de un apuro. Quizás no debería ser así y deberían existir otros canales… pero esta es nuestra realidad.
Lo que me pregunto es: ¿porqué a lo largo de la semana pasada las caminatas eran más ágiles? La respuesta que se me ocurre es que en Chetumal ya ha calado la idea de que Luis Torres Llanes y la Coalición UNE van a ganar las elecciones, y la gente lo expresa solicitando «favores» personales… medicinas, radiografías… y otros aspectos asistenciales.
En Proterritorio saben lo que pasó con Félix el viernes pasado. Una señora, propietaria de una tiendita en donde pude comprar un jugo de naranja me dijo: «se le ve muy bien al candidato: espero que no le vaya a pasar nada». El recuerdo de Colosio sigue presente en el imaginario popular. Y la percepción de que el PRI esté a punto de perder el poder les genera miedo sobre las reacciones que pudieran acaecer. El autoritarismo arraigado en Quintana Roo, y consolidado por las diferentes generaciones políticas, hacen que sea difícil de creer el cambio pacífico. Acciones como las protagonizadas por Félix González no ayudan a que esa imagen se relaje.
Otra cosa que me ha llamado la atención este lunes, es que han aparecido muchos taxis con publicidad pagada de Arlet Mólgora, la candidata del PRI. Lo interesante del caso es que en la parte inferior del cristal tenían varios, también «pegadas» calcomanías con la imagen de Carlos Joaquín. Algo está cambiando… y muy deprisa en la capital del estado de Quintana Roo.
Hoy el «flaco», o la «calaca», como es conocido, tuvo el apoyo de una «claca» muy bien organizada por el PAN. Tuvo refuerzos importantes y eso hizo que aunque se le notara cansado, el ambiente de fiesta recobrara fuerza e intensidad. Los panistas sobretodo cantaron con fuerza consignas como las siguientes: «Mayuli amiga, hay gente convencida!!»; o «Por aquí, por allá, me han contado la verdad… que Mayuli..ganará…la contienda electoral». Por supuesto hubieran cánticos para Torres Llanes, y se repitieron los de días anteriores, pero estos me llamaron la atención porque no los había escuchado. También hubo muchas banderas del PRD y gente que no está en ningún partido político, como todos los días.
Sigue siendo notable y sorprendente la gente que acompaña a los candidatos en estas horas de la tarde; aunque hay que decirlo se van sumando algunos conforme el sol va bajando y dejando de apretar.
Creo que el debate de este fin de semana, si está suponiendo una inflexión más en la campaña electoral. Torres Llanes parecía disfrutar de esta idea mientras se comía una marquesita que le preparó un comerciante con el que platicó, después de salir de la tiendita en la que se quedaron preocupados por su seguridad.
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