18 de mayo de 2016
Nos amanecemos con esta encuesta publicada por El Excelsior. No voy a entrar a descalificarla, por mis preferencias partidarias ni personales. Mi impresión es que los que la elaboraron confundieron a los dos candidatos punteros y los intercambiaron (aún así me sorprendería que tuviese tan buena imagen Góngora, como la que le señalan a Carlos Joaquin).
No tengo información adicional a mis sensaciones, entonces le doy el beneficio de la duda.
Sin embargo, si esto es así, y están tan orgullosos de publicitarlo, ¿porqué esta guerra sucia desconocida en Quintana Roo? ¿Si estuvieran tan convencidos de ganar, sería normal inventar tantas historia, atacar de una manera tan grosera, y utilizar la maquinaria de acoso y derribo con esta fuerza, y contudencia? ¿Para qué sacarían en el último momento toda esta seria de promesas que no pueden cumplir, por el nivel de enduadamiento del estado y el afán de enriquecimiento que les caracteriza?
Con toda la basura que nos están echando encima, no me entristece esta encuesta. Me da fuerzas para seguir escribiendo, y animando a todas las personas de buena voluntad, para que sigan trabajando para lograr que el cambio se materialice.
Ayer tenía una conversación con un amigo priista que vive en otro estado. Me quería persuadir de que el PRI ganaba la elección en Quintana Roo. Y me dijo que las «fotos» no significaban nada. Ellos, me señalaba, habían llenado espacios más grandes, y luego habían perdido. Le comenté una gran diferencia: en Quintana Roo no hay acarreados en UNE, no hay photoshop en las imágenes que se publican. La gente quiere un cambio y se expresa con pasión. Me ironizó con un comentario así como el de: «sí, son soldados voluntarios». Efectivamente en Quintana Roo la ciudadanía que yo estoy viendo en la calle, se está tomando muy en serio su participación, y hay mucha gente asustada que quiere un cambio, pero que no puede movilizarse. Sí me reconoció mi amigo que la guerra sucia les había dado malos resultados allá en donde la habían aplicado anteriormente.
Dice que más vale que digan «aquí corrió, que aquí murió». Pues yo no me muevo de mi trinchera, y aquí me quedo. Esta campaña ha de rescatar nuestro orgullo ciudadano, y lograr que movilicemos hasta a las piedras. Les mando un saludo.
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