Raymundo y Alondra: Sálvese quién pueda.

6 de marzo 2018

En el PRI de Quintana Roo hay mucha frustración y falta inteligencia política. No se piensa en cómo reunir los votos que se puedan para que el candidato presidencial Meade haga el mejor papel posible en la contienda electoral, y de paso, tampoco se está por la labor de pensar un poco en cómo rescatar la imagen del partido.
Se parte del supuesto de que todo está perdido y sus máximas dirigencias huyen despavoridos en busca de la protección de un espacio que no van a lograr.
Raymundo King se va a sacrificar en una campaña al Senado que va a perder, y Alondra Herrera, encargada de «cuidar el rancho», quiere esconderse tras las faldas de Mary Hadad en la primera regiduría por su partido en Othón P. Blanco.
Tras el «descalabro» del 2016 una estructura partidaria responsable hubiera renunciado. Entendido el mensaje de los electores, se debería haber hecho acto de contricción, cambio de dirigencia, e iniciar la construcción de una renovada estructura partidaria que está mucho más allá de unos u otros personajes políticos (cabeza de cártel durante un tiempo). La generación de Borge debe de entender que ha de dar un paso al costado; pero no les cae el veinte ..quizás porque no saben hacer otra cosa, y porque les da vértigo el mundo privado.
Mary Hadad tiene oportunidad de presentar una alternativa competitiva al Chino Zelaya… sin embargo, deben dejarle operar y construir.
El acuerdo de coalición entre el PRI/PVEM/PANAL en Othón P. Blanco contemplaba la presidencia para el PRI y dos posiciones en el cabildo para los otros partidos. A los verdes les correspondía la primera regiduría y a los «maestros» la segunda.
Al definirse que Mary Hadad iba a competir por la presidencia municipal, se entendía que la sindicatura correspondería a un varón, alternando las posiciones en el orden que se ha señalado.
Sin embargo, en las últimas horas Alondra Herrera ha dejado de manifiesto que no piensa quedarse «cocinando» en la sede del partido. Parece que ha mandado a los verdes a la cuarta regiduría, y se ha presentado como candidata única para competir por la primera (que les correspondía a los del Tucán).
En la coalición se han enojado: ¿por qué Alondra quiere ser juez y parte? ¿por qué no asume sus responsabilidades y se dedica a las funciones partidarias?
La única explicación es que el nivel político de los priistas quintanarroenses está por los suelos. Que lo saben, y que quieren asegurar sus espacios personales, en lugar de pensar en remontar posiciones en la credibilidad ciudadana.
Al final se van a quedar sin una cosa y sin otra. Quizás cuando no haya en donde mirarse, piensen que de verdad es necesario cambiar las actitudes y las dirigencias. Desde su derrota electoral en 2016 se han dedicado a perder el tiempo.

Add Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *