21 de octubre 2016
Hace años que simpatizo con ella. Tuvo el valor de enfrentarse a las aseguradoras médicas y farmacéuticas en el periodo presidencial de Bill Clinton: y perdió. No es carismática, es seria, es profesional.
Se ha ganado como nadie un espacio en la historia. Hillary es un símbolo y debe llegar a la casa blanca.
Tuve una sensación agridulce cuando Obama le apartó de la carrera a la Casa Blanca en las primarias demócratas de 2008. Sin embargo, éste, creo que ha sido un buen presidente.
Frente al riesgo que representa Donald Trump no tengo dudas: Hillary debe ganar.
No es sólo por ser mujer e ir cubriendo «retos» históricos. En el antiguo continente ha reinado Isabel II, desde hace una friolera de años y gobernó Margaret Thatcher y no por ello se gobernó mejor, ni se consolidaron los derechos de las mujeres.
Hillary se ha ganado el espacio con su trabajo y con su oficio político, y si resulta electa será mucho mejor Presidente que un buen número de sus predecesores.
¿Nos va arreglar la vida? Por supuesto que no. Defenderá los intereses de los Estados Unidos, o de los grupos que la han apoyado, y la agenda latinoamericana seguirá siendo secundaria.
Le voy a Hillary porque lo que pasa en el vecino del norte nos afecta mucho. Prefiero a alguien serio y profesional, aunque no sea carismático; que a un bufón populista sea éste de derechas o de izquierdas. Si éste además, ha hecho su campaña a costa de los mexicanos, los latinos y favoreciendo el puritanisno anglosajón huntingtoniano pues todavía me lo deja más sencillo.
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