Carlos Mario Villanueva: un informe desafortunado

Manuel Ek

12 de junio 2012

Las elites políticas locales no podían creérselo. Tambores, megáfonos, gritos cuarteleros a favor de Mario y de Beto. Después de la exquisitez del informe del Gobernador, un grupo de “hooligans” se instaló en el Bellavista para alabar a su Presidente municipal y tratar de que éste se entendiera con el Gobernador. Éste último sonreía complaciente, o se burlaba condescendiente. Fidel Villanueva, el titular de la Corte, tampoco podía disimular su sonrojo. La masa aplaudía cuando no tocaba; sin estilo, sin orden ni concierto. Daba la impresión de cierto desespero, como cuando en una pareja en crisis, la “abandonada” patalea desesperada tratando de llamar la atención de la parte “decepcionada” que sabe que debe concluir la relación.
En el informe de Beto todo estuvo bien organizado. En la primera sección diputados, alcaldes, secretarios, artistas, “gente bien”; en la segunda sección subsecretarios, y otros invitados especiales; en la tercera directores generales, y en la cuarta algunos representantes de la zona maya y Cozumel. Todo medido, sobrio y elegante. Y cuando se acabó, todo el mundo a almorzar, bien a casa de Gobierno o a los restaurantes de la Bahía. Su objetivo estaba claro; llamar la atención de los líderes nacionales del PRI, presentarse como un líder serio, consolidado y confiable, y mostrar a sus conciudadanos lo bien situado que se encuentra a nivel nacional. El tiempo dirá si tuvo éxito en su objetivo, pero el informe fue correcto, no se salió de lo esperado, de lo institucional y estuvo bien asesorado, sin recurrir en casi ningún momento a la improvisación.
El informe de Carlos Mario fue todo lo contrario. Los “porristas” no le hicieron ningún favor al Presidente municipal de Othón P. Blanco. En un acto al que se accedía por estricta invitación no puede decirse que no existe un responsable de las actitudes de los trabajadores del ayuntamiento y de los líderes de colonia que protagonizaron la dinámica del informe, y nadie se cree que los grupos no estaban coordinados desde el propio municipio.
Alguien pudiera señalar que Villanueva quiso distanciarse de Borge y mostrar una versión más popular, más cercana a la ciudadanía que la que se mostró en el Centro de Convenciones, en dónde se criticó la estricta selección de los invitados especiales y fue muy difícil acceder sin buenos contactos. Sin embargo la presencia de líderes de colonia, y de gente con escasos recursos económicos, no debe confundirse con la ordinariez y la falta de educación. La gente pobre tiene sentido común, es inteligente y merece ser respetada. Esta versión populista que se vio en el Bellavista más que integrar al “pueblo”, le faltó al respeto, porque la instrumentalización grosera pareció mostrar que la gente común no tiene espacio en un informe institucional que debe ser solemne, y eso por supuesto no es cierto.
En relación al discurso. La utilización de videos explicativos fue acertada, ordenada y oportuna, sin embargo en su discurso Carlos Mario dejó pasar una oportunidad para mostrar su inteligencia, y su capacidad política para persuadir con elegancia tanto a los presentes como al Gobernador.
Su objetivo fue claro, demasiado evidente y forzado: trataba de agradar a Beto Borge; pero fue demasiado grosero y barbero. Los chetumaleños perdimos la oportunidad de ver en un buen papel a un destacado dirigente político del sur. Quizá no quería opacar al Gobernador con sus grandes dotes. Sin embargo la inteligencia bien dirigida no tiene porque ofender.
Lastimosamente creo que fue un informe desafortunado, una ocasión perdida, y una muestra de lo que políticamente puede hacer Carlos Mario Villanueva. No creo que lograra su objetivo con Borge, y posiblemente evidenció su techo y lo que es capaz de mostrarnos nuestro alcalde. Será interesante saber qué pasará cuando Mario Villanueva regrese, y las reacciones que se desatarán, pero si no mejora la destreza, y si no existe un asesoramiento más acertado, difícilmente el futuro político del sur pasará por las manos de su heredero.
¿De los problemas del municipio?: Bien gracias. Nadie habló de ello, ni le interesó mencionarlo.

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