El poder mal ejercido «daña»

7 septiembre 2013

Manuel Ek

Beto Borge declaró en el Sistema Quintanarroense y defendió su posición con posturas contradictorias: Señaló «Estamos a favor del diálogo», y también dijo «no se puede permitir la violencia»; y como estas actitudes no se pueden permitir y el Gobernador fue objeto de una agresión «vamos a perseguir a los violentos».
Los voceros involuntarios del gobierno (los periodistas tienen derecho a comer y necesitan los convenios), y los políticos «cercanos» cerraron filas y condenaron la violencia magisterial. Hasta aquí lo que estamos acostumbrados.
Sin embargo el problema no son los maestros ni los sindicatos (en este caso). El problema es el estilo de gobierno autoritario en el que estamos insertos, y la falta de voluntad para el diálogo real que muestra el gober desde el inicio de su gestión.
El pueblo quintanarroense es increíblemente tolerante, pero está empezando a perder la paciencia ante la soberbia, los engaños, y el desvío descarado de recursos públicos que ha desarrollado «la nueva generación de priistas».
No se recuerda una tensión tan grande en nuestra sociedad, porque es difícil rememorar tanto desprecio hacia el pueblo.
Los gobernantes actuales no tienen ni conocimientos, ni experiencia, ni actitud para gestionar los asuntos públicos de forma creativa.
La solución para ellos pasa por comprar a políticos de oposición y destruir sus partidos, eliminar adversarios y recorrer lo más rápido posible el tiempo de gobierno, acumulando recursos a nivel personal, reprimiendo y faltando a la verdad.
El pueblo se cansa y además se da cuenta que los privilegiados forman parten de las familias tradicionales del poder. Siguen mandando los «junior» de las familias de siempre, arrasando arrogantemente con los puestos. Por su parte la gente común siente el engaño como un insulto personal.
Peña nieto seleccionó a Codwell y Chauffet para dirigir las dos reformas más importantes del sexenio (dos políticos con mucha experiencia); y encargó a Videgaray y Osorio Chong las responsabilidades más sensibles. Organizó un equipo competente, especialmente en temas que tenían que ver con la negociación y con la necesidad de impulsar reformas que formaban parte de su agenda principal.
Beto agotó su crédito político. No es creído ni por sus defensores.
Daría lástima porque no entiende de donde proviene su fracaso y el malestar del pueblo; sin embargo no la da porque le vio la cara al pueblo. y piensa que por la fuerza todo se puede lograr y ello no es cierto. El poder mal ejercido «daña».
Aún le queda tiempo al frente del Gobierno y no creo que la tensión se reduzca. Nos esperan años complicados, y una vez concluya este periodo es difícil que el que entró para tapar a Félix tenga carrera política por delante, porque se habrá quemado y hasta sus colaboradores más cercanos le acusaran a haber contribuido a romper la convivencia en el caribe mexicano y le venderán a sus enemigos.
Mientras tanto ha «quemado» a toda la oposición política que se dejó comprar y que se ha convertido en «cómplice» de sus actos (por eso arrasó en las elecciones).
Es necesario que surgan de nuestra sociedad cuadros honrados, que piensen en el bien colectivo y no se dejen engañar ni comprar.
Es mejor ser pobre que tener la cara marcada. Sólo así los siguientes gobernantes pueden ser diferentes y se podrán generar opciones, aunque estamos lejos de ello.
Lo que está claro que es si no se dialoga de verdad, y con credibilidad la violencia sólo ha tocado lo puerta. Cada vez encontraremos actitudes más radicales porque la gente está cansada y muchos no tienen nada que perder.

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