El inicio de la crisis de Peña

27 de noviembre 2014

Manuel Ek

No ha sido un discurso más el del Presidente Peña Nieto. Era previsible el que tratara de liderar el descontento nacional que los sucesos de Iguala han desencadenado.
Ha sido un discurso concreto y claro. Dirigido a la clase política existente, que cómo él se juegan mucho en esta coyuntura.
No ha sido un discurso para los que no confían e sus propuestas y por ello no ha sacrificado ninguna pieza de su equipo político (las va a necesitar).
Se refleja un discurso serio que busca transcender sexenios. Después de las reformas impulsadas en los dos últimos años, ahora viene la gran prueba del sexenio y posiblemente de un periodo de tiempo mayor.

La voluntad expresada por el Presidente para ser posible va a requerir del apoyo del Congreso, del Senado, de los partidos políticos, de los Gobernadores y de la sociedad civil (aunque no está siendo contemplada en su discurso porque sabe que va a seguir desconfiando una gran mayoría de mexicanos de la factibilidad del cambio).

Éste ha sido un discurso también pensado para las bases electorales priistas que se encuentran escandalizadas ante la falta de respuesta del estado ante el crimen organizado y la impunidad. Se ha tratado de recuperar iniciativa y de no perder ese apoyo político solicitándoles una segunda oportunidad, para seguir abordando las transformaciones que el país requiere. Se ha pretendido «ganar tiempo» y gestionar la crisis señalando con claridad buena parte de los problemas que requieren ser transformados.

¿Tendrá poder político y voluntad Peña Nieto para romperse el alma y el prestigio defendiendo las políticas que demanda?

Las elecciones intermedias son en menos de un año. Dudo que los partidos políticos se plieguen a la solicitud del Presidente, por mucho que la estabilidad de la nación esté en juego. Gobernadores, alcaldes y organizaciones criminales no aceptarán de buen grado el espíritu que se encuentra tras esta transformación. Finalmente es muy difícil que el sector empresarial del país apueste en una coyuntura tan complicada por desarrollar el sur de México, e invierta sus recursos en esta cruzada que busca sacar de la pobreza a buena parte del país, y ampliar las clases medias. Con pesar me atrevo a señalar que Peña Nieto no tendrá el poder necesario para transformar lo que señala.

En cuanto a la voluntad, los escándalos que rodean su entorno familiar da la impresión que se seguirán complicando, porque el Presidente es parte, como muchos, del sistema corrupto establecido. El PRI necesita éxito en esta «cruzada» para confiar en mantener el poder (por mucho que las otras fuerzas políticas estén ahorita muy desgastadas, y que no se vislumbre todavía una opción externa al sistema político que entusiasme a la sociedad), pero el partido no lo va a tener fácil.

En política los tiempos son fundamentales. Se van a presentar las reformas, y es muy probable que se discuta con fervor hasta las elecciones del 2015. Tras el proceso electoral se podrán extraer nuevas conclusiones.

Si Peña Nieto las pierde, como le pasó a Calderón, el resto del sexenio consistirá en aguantar el poder de la mejor forma posible. Si sale exitoso se tendrá que enfrentar con los poderes territoriales y fácticos y cómo he señalado anteriormente no me queda claro si tendrá la voluntad y la fuerza política para salir triunfante del proceso.

No hay duda que esta crisis marcará época y que refleja el surgimiento de una sociedad civil mucho más activa y cansada. Tendremos que esperar para ver si de la misma se sale con aspectos positivos, o si al final un poso de amargura nos sacudirá ante lo difícil que es transformar nuestra realidad. En estos momentos muy poca gente confía en que sea posible un cambio radical en la forma de operar políticamente en el país. Hay que esperar para ver si el impulso y la demanda ciudadana genera dinámicas transformadoras que lentamente transformen la forma de hacer política en el país. Ojalá tuviéramos una varita mágica, pero que yo tenga conocimiento eso sólo le ha pasado a Cenicienta (gracias a su hada madrina).

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