El debate sobre cómo proveer seguridad en Quintana Roo (II)

19 de abril 2016

Hace ya unos cuantos años un funcionario de alto nivel de la seguridad pública en Quintana Roo me señaló como si no fuera importante, refiriéndose a la zona norte de la entidad: «entre todos cuidamos la plaza». Soy un poco lento, y les confieso que me dí cuenta de lo que me había dicho unas horas después. La sugerencia interpreto que marcaba que el mercado de las drogas era tan importante en la zona norte, que era mejor llegar a acuerdos para que todo el mundo saliera beneficiado, no hundiendo una entrada de recursos sustanciosos, y generando un ambiente de violencia insostenible.

La semana pasada estuve en Los Mochis y me sorprendieron mucho los comentarios en relación a cómo el narcotráfico no «afectaba» (así me dijeron), la vida cotidiana de la gente. Los del Cártel de Sinaloa no eran como loz Zetas, me decían, y no cobraban derecho de piso, ni se metían con la gente común. Entre el 2010 y el 2012 la violencia estalló en la calle porque los Zetas trataron de entrar en Sinaloa. El narco generaba economía y riqueza para la gente me parecían decir.

Bueno, pues en Playa y en Cancún sí se cobra derecho de piso y si están los Zetas…. y sí hay violencia, mucha más de la que se nos reporta para cuidar la imagen del polo turístico.

El cuadro que les compartí el otro día, y que vuelvo a subir en esta columna tiene mucha importancia, por lo que les ruego que lo observen con detalle.

Se presentan dos estadísticas diferentes para el conjunto del estado. La primera del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), y la segunda del INEGI. Los datos se los proporciona a ambos el gobierno del Estado de Quintana Roo. La diferencia entre las dos estadísticas es bastante importante, aunque no tanto como la diferencia que el INEGI presenta entre denuncias de homicidio y cadáveres identificados para los años 2010, 2011 y 2012. ¿Cómo puede explicarse que en el 2010 hubiera 665 denuncias de homicidio ante el MP, en el 2011, 651 y que en el 2012 por arte de mágia las denuncias descendieran a 54 (el INEGI no publica datos posterioremente). ¿Y cómo se entiende que el mismo INEGI afirme que en el año 2010 hubo en Quintana Roo 145 cadáveres encontrados, 164 en 2011 y 154 en 2012?

El INEGI desagrega estos homicidios en municipios. Yo les presento sólo los municipios de Othón P. Blanco, Benito Juárez y Solidaridad. ¿Alguien puede creerse que Solidaridad, uno de los municipios que más han crecido en América Latina tenga menos homicidios que Chetumal, y que además el número de éstos se haya mantenido más o menos constante desde el 2005 al 2015? En opinión de este analista es ridículo.

En el año 2013 la federación, al inicio de la administración de Mauricio Góngora sacó a Solidaridad de los municipios que recibían el SUBSEMUN. Desconozco las razones, pero intuyo que no fue por buena gestión de los recursos (en el 2014 se recuperó el subsidio).

Para saber a qué nos enfrentamos; para poder servir bien a Quintana Roo es imperativo que no nos engañemos a nosotros mismos. Un simple recorrido por la hemeroteca de los periódicos desmontaría estos datos.

Para abonar al debate les comento que en otro funcionario público me comentó hace unos años que el 75% de los homicidios se encontraban en la zona norte, lo que tiene sentido si consideramos la población y los riesgos a los que se encuentran sometidos nuestras ciudades.

Es urgente que dejemos a un lado la simulación y nos concentremos en servir a la ciudadanía del estado; y en eso los últimos gobiernos del estado nos han fallado de forma muy importante. Cancún no debe llegar a ser el futuro Acapulco de México y para ello deben tomarse decisiones con información oportuna y confiable.

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