30 de abril de 2016
Las personas somos únicas. Lo hemos escuchado toda la vida, pero el ajetreo de la vida y las pasiones cotidianas hacen que lo olvidemos, o que incluso pretendamos homogeneizarnos.
La democracia es un mecanismo entre personas diferentes que buscan convivir. Dice Sartori que es un ideal porque implica situaciones que casi nunca se dan y los intereses particulares siempre tratan de imponerse.
Libertad e Igualdad son dos de los valores, aparentemente contradictorios que se encuentran en el sustrato de ese ideal. La ley orientada bajo esos principios es la que debe garantizar esa convivencia, con un equilibrio de poderes adecuado que sea útil para este fin.
Un ideal que debe ser creído y fomentado por una mayoría de ciudadanos que hacen del respeto a las ideas ajenas y las buenas costumbres un modo de conducirse.
El proceso electoral es meramente un ejercicio técnico para seleccionar elites. Debería ser neutro en un modelo perfecto. Nunca lo es y por eso las leyes y los tribunales son tan importantes.
Cuando existe una ciudadanía informada y con deseos de convivir en un esquema democrático, se hace difícil que modelos autoritarios se perpetúen. Sin embargo en muchas ocasiones lo logran imponiéndose a través de la represión y el miedo. Soy fan de un cantautor cubano de nombre Pedro Luis Ferrer que imaginó letras maravillosas en sus canciones contra la opresión, entre otras alguna que decía: «no me voy a defender… del diablo cuando se acerque… No me voy a defender… del diablo cuando se acerque…» y sigue.. «no me voy a defender…: me quemaré lentamente…. «.
Gracias a los cielos eso no pasa en México. Las Instituciones, aunque débiles, funcionan más o menos.
La libertad de expresión, aunque molesta a algunos, es un valor básico para poder presumir que vivimos en un modelo que persigue el ideal democrático. En este escenario la alternancia política no es algo extraño, es algo necesario en una sociedad moderna y compleja.
Les deseo un feliz día del niño.
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