Renovarse o morir

6 agosto 2016

La nueva administración se va a enfrentar a una clase política saliente muy joven, que a pesar del actual rechazo que experimentan, tienen el suficiente recurso económico disponible como para complicar mucho la gobernabilidad en el estado, y tener esperanzas de regreso.
Por una parte me gustaría que invirtieran el recurso que se llevaron, en crear empresas y trabajos en el estado. Ojalá se cumplan las promesas realizadas y no existan impedimentos burocráticos para los que quieran invertir y crear empresas (y que se persiga a los que quieren mochada). Si se dan las condiciones esperemos que inversiones de esas y otras personas se consoliden en el estado; y que la gente salga beneficiada con empleo.
Sin embargo, desgraciadamente ese dinero también va a ser «invertido» en desestabilizar. No se van a conformar en perder el poder sin más. Van a luchar por recuperarlo.
Desde ese punto de vista Carlos Joaquín deberá equivocarse poco, y nosotros, los ciudadanos, tendremos que seguir defendiendo la democracia y evidenciar los poderes ocultos, y los negocios oscuros.
Estos días hemos asistido a un debate interesante. La mayoría de los periodistas, muchos de los cuales tiene buena pluma y mucha información, han criticado a la ciudadanía que se ha tomado la atribución de informar y señalar sus puntos de vista. Sin duda tienen razón. El periodismo urbano debe ser profesional y tener un mínimo de calidad, pero los de siempre deben comportarse también de una forma profesional y aceptar la crítica.
Me ha llegado la lista de los convenios de publicidad del gobierno en el 2015, y sólo puedo decir que muchos de los que se quejan deberían guardar silencio por dignidad, y empezar a ejercer como verdaderos periodistas. No sólo Vazquez Handall, Roman Trejo y David Romero son culpables de habernos mal informado, y de haberse vendido.
La responsabilidad de cambiar el estado es de todos, y no solamente de los que asumirán posiciones de poder.
En mi opinión Carlos Joaquín debería fomentar la creación de una estructura partidaria, que no sea el PAN ni el PRD, y seguir manteniendo la coalición y los acuerdos.
Por otra parte los priistas honrados, que son muchos, deben luchar por rescatar su partido del «lado oscuro».
La única forma de regresar al poder con dignidad, y pensando en el bien del pueblo es limpiar el partido. Mucha gente joven implica idealismo y ganas de cambio. Pronostico que los priistas honrados deben estar molestos, y con muchas ganas de librarse de los poderes ocultos de su propio partido. Estoy convencido que están apenados de tanto abuso, y que van a liderar un proceso de transformación partidaria.
Ojalá no me equivoque.

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