¿Cómo sigue el programa de Gobierno? ¿Qué esperan que hagamos los ciudadanos?

4 de noviembre 2016

El diario “Por esto” emitía un duro juicio el día 30 de octubre sobre la convocatoria, el proceso y los resultados de los foros de Consulta Ciudadana realizados en Chetumal, Felipe Carrillo Puerto y Cancún, para “discutir” con la ciudadanía el Plan de Desarrollo 2016-2022, señalando que eran pura “faramalla” para simular el interés por la opinión de la ciudadanía.

“Don Chebo”, Eusebio Azueta Villanueva, publicaba el 27 de octubre, una crítica a los procedimientos del proceso: “nos invitaron a nueve personas, sin que existiera un representante oficial del tema, ningún moderador y nos invitaron a platicar entre nosotros mismos nuestros proyectos, entendiendo que cada asistente lleva una aportación propia y diferentes entre sí, era imposible dialogar, no tenía sentido, cada uno tenía un rollo diferente y ni quien se lo escuchara para decirle si le interesaba su aportación, en fin como dicen los jarochos, fue un desmadre bien organizado, nos vimos las caras, no tenía caso, nos retiramos”.

No es nada sencillo lograr que la gente participe de forma efectiva en la discusión sobre los problemas que les afectan, ni siquiera cuando esta actividad se organiza con tiempo y recursos. Algo de experiencia tengo, tanto en España, como en los Estados Unidos, como en México -participando en eventos de la Fundación Colosio-. Existen muchas iniciativas en el mundo de ensayos sobre participación ciudadana, lográndose algún éxito especialmente en el nivel local … Sin embargo, es muy complicado realizar un ejercicio de este tipo.

Normalmente los líderes políticos lo utilizan para “cumplir” con el requisito, no hacen ningún caso de lo discutido, y son dos o tres personas, o una “consultora” que recibe un buen billete, el que elabora un documento muy general, que pudiera firmarlo cualquier gobierno, independientemente de sus siglas partidarias. Por esta razón no me sorprenden las críticas del Por Esto, ni los comentarios de “Don Chebo”. Si tenemos en cuenta que el gobierno se acaba de conformar, y que éste es fruto de un difícil juego de equilibrios, de lealtades y de otras lógicas inexplicable, pues se entiende que un esfuerzo improvisado estaba condenado al “fracaso”.

No quiero hacer leña del árbol caído, quiero ser propositivo; ¿qué podemos hacer los ciudadanos para ayudar? A todos nos interesa que el Gobierno de Quintana Roo tenga éxito. Tienen algo de razón los operadores del sistema cuando se desesperan. Me cuentan que el otro día una persona con mucha influencia preguntó en voz alta sobre mi persona: “¿pero éste no era de los nuestros?”. Pues claro que sí, lo sigo siendo, le quiero responder: no creo que a nadie le interese que este proceso político naufrague. Dígannos en qué podemos arrimar los ciudadanos el hombro. Sin simulaciones. Hagamos todos bien las cosas.

Está claro que CJ ha llegado sin programa, y que sus equipos no tienen idea de la dirección que hay que seguir. ¿Por qué no convocan con orden, método, calma y voluntad de integración a los jóvenes universitarios para escucharles? Y como a este sector tan importante, y tan marginado, a otros grupos de personas interesadas en jalar de este barco en el que todos estamos. ¿Por qué no muestran humildad y generosidad para integrar un proyecto colectivo? Estoy seguro que muchas personas se sumarán al esfuerzo. No es sencillo, pero es posible, si se tiene la voluntad. No creo que tenga sentido perseguir fantasmas. Es más práctico y realista darse cuenta de que a todos nos interesa el bien del estado.

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