10 de enero del 2017
He señalado en varias ocasiones el respeto y afecto que le tengo y le tendré al Dr. Pech. Fue mi jefe, lo conocí bien y lo aprecio. Lo dije en la campaña, y lo reitero ahora. Excepto la barda que construyó en la Universidad, que más allá de lo estético no sirve para nada, casi nunca discrepé de sus decisiones porque eran sensatas (quizás en mi interior, porque no lo externé, también lo hice en la expulsión como profesor de Xavier Gamboa).
Comenté en otra columna que admiraba la constancia y la capacidad de reinventarse de Pech. Sin duda es cierto: ha sido Secretario de todo con el PRI; le vi emocionarse de forma sincera al asumir la rectoría de la UQROO, y también en el momento de renunciar a la misma; ha sido líder sindical magisterial y maestro del Tecnológico en Mérida y en Chetumal. Sin embargo, si no recuerdo mal, nunca ha sido cargo electo. Uno de sus grandes sueños es servir a México desde un cargo de representación popular, y por los dioses que está a punto de lograrlo, contra todos los pronósticos.
La última que lo vi coincidimos en el aeropuerto camino de la Ciudad de México. Estaba concursando para ser Consejero Electoral, y pasaba a la última fase de la entrevista. Le desee mucha suerte, y creo que hubiera podido hacerlo muy bien. Sin embargo, no fue favorecido por los que tomaban la decisión.
Pech es un político vocaciona de los que no quedan. Recuerdo perfectamente, cómo me señalaba que ya estaba viejo; que nosotros teníamos que impulsar la Universidad, porque él se retiraría pronto (antes de que Beto le faltara al respeto por defender la legislación universitaria y tuviera que renunciar). Ni “maes”, un político vocacional no se retira, se muere con las botas puestas. Y ese es Pech: incombustible. Si hiciéramos un examen ideológico, no tengo ninguna duda que su servidor, que se considera un moderado de centro, escorado a lo social, pero distante de la izquierda; quedaría más a la izquierda que Pech. Hay que recordar que él desmontó un sindicato que se quería impulsar en la UQROO y que teóricamente amparaba el PRD. ¿Pech de izquierdas?: pues no.
Escuché atentamente la entrevista que NOTICARIBE le realizó en días pasados. Mi antiguo jefe es genial. En el Movimiento de la Regeneración Nacional (MORENA) señala que caben todos los que quieren hacer un México diferente: más honrado… honesto… y no recuerdo que más cosas bonitas señala. Me recuerda lo que me pasó a mí cuando tenía 18 años e iniciaba mi experiencia política en la Universidad. El Secretario General de la Federació Nacional d’Estudiants de Catalunya (FNEC) me dijo que ese sindicato de estudiantes quería representar a todos los estudiantes catalanes, independientemente de sus colores políticos. Era una mentira muy grande. De ese sindicato salieron buena parte de los líderes de la independencia de Cataluña, y yo que no era nacionalista catalán estuve casi un año creyéndome la historia que me habían contado, y cubriendo la “cuota” no nacionalista. MORENA es un partido de izquierdas, diga lo que diga José Luis Pech; y si no que les pregunten a los seguidores de López Obrador.
Es por ello encomiable, que el dirigente quintanarroense de MORENA, haya sobrevivido a todas las grillas internas de partido, y que se haya mantenido al frente de la estructura del mismo, confiando que finalmente fuera el momento. Carlos Joaquín abanderó la idea de cambio político, y, sin embargo, en estos momentos la ciudadanía ya no cree que represente esa posibilidad. MORENA sin duda, a pesar de que en mi caso me niegue a tragarme el cuento de la apertura ideológica, va a convertirse en el futuro en la esperanza de muchos.
Es por esa razón que muchos priistas y grupos de priistas están viendo la posibilidad de sumarse a MORENA … y Pech, uno de los personajes políticos del momento, se deja querer, y se hace el difícil. Es interesante escuchar con atención la entrevista que concedió a NOTICARIBE. Señala que todas las personas honorables de buena reputación son bienvenidas a su partido político; que todos los que se integren a trabajar a favor de MORENA son aceptados; éstos no deben aspirar a ningún cargo, sino que deben llegar con la intención de contribuir a la Regeneración Nacional de Quintana Roo. Con respeto, pareciera que el líder de MORENA acabara de salir del confesionario, y que además le hubiesen aplicado todas las indulgencias del año: de esa posición a la santificación laica, hay un paso…y además muy chiquito.
La ciudadanía no comprendería que Chanito Toleto, Ovando y Mendicutti transitaran de partido en estas circunstancias. Pech necesita aliados; le interesa que se integren y que atraigan sus redes, simpatizantes y su apoyo para consolidarlo como líder de MORENA. Ésta es una fuerza política que seguramente va a ganar mucha fuerza política en los próximos meses. Pero de ese punto, a darles la oportunidad de ser cargos electos por MORENA, hay una distancia muy grande, que difícilmente transitarán estos personajes políticos. En todo caso, y por las razones antes señaladas, quizás integrantes de los grupos de apoyo de estos políticos priistas, pudieran tener alguna posibilidad. Pech es inteligente, y un político vocacional. El que lo desprecie, se equivoca.
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