20 de enero de 2017
Venía escuchando esta mañana en la radio del carro como Leonardo Curzio entrevistaba al canciller Luis Videgaray. Una excelente entrevista, en la que se plantearon algunos temas básicos de la relación entre las dos naciones. La principal conclusión es que no sólo México necesita una buena relación con los Estados Unidos, sino que el país del norte necesita de México.
Lo había comentado yo el otro día. Sí Donald Trump persiste en ofender la dignidad nacional mexicana tiene más que perder, que ganar. Videgaray hablaba de que México va a llegar a las negociaciones con una posición sólida, con ganas de llegar a acuerdos que respeten la soberanía nacional. Curzio, hábil y elegante, como siempre, dejaba caer sobre la mesa los temas de seguridad, de control migratorio, e incluso de la importancia de nuestro país, para que se dificulte la llegada de terroristas atravesando la frontera sur de Estados Unidos.
La cooperación entre los dos países lleva años funcionando relativamente bien en instancias de segundo nivel operativo. Existe cooperación en seguridad, inteligencia, y en muchas áreas de gobierno que benefician a las dos naciones. Donald Trump ya ha dejado claro que el cine de Meryl Streep le aburre, se encuentra sobrevalorada señala. La ignorancia es atrevida; él prefiere a Arnold Schwarzenegger y a Sylvester Stallone, que han filmado últimamente películas que recrean estereotipos parciales sobre el crimen organizado en América Latina. Antes luchaban contra el comunismo, y ahora contra el narcotráfico y el terrorismo, igual que los militares de su país. Ese sí es cine de calidad para el nuevo presidente de los Estados Unidos.
México necesita obtener los mejores resultados en las negociaciones que deben venir en los próximos meses. Es un “amigo” tradicional de los Estados Unidos, un socio confiable. Frente a esta nueva administración, el status de “amigo” se ha cuestionado. En los discursos unilaterales y poco informados de Trump: aparecemos entre los países del eje del mal.
Es momento de diplomacia…. de inteligencia, y de no perder los nervios. Trump es un experto negociador; habitualmente desde posiciones de ventaja. Sin embargo, empresarialmente ha sufrido muchas derrotas, y en dos de sus divorcios le ha ido muy mal económicamente hablando. Es muy posible que sí la administración mexicana sabe jugar sus cartas, con el apoyo de agencias serias al interior de los Estados Unidos, se logre evitar este divorcio. Si finalmente éste se consuma, el costo será muy alto para las dos naciones (aunque Trump ya está acostumbrado a esta situación en su vida personal).
En poco más de una hora, respecto al momento en que se escriben estas líneas, lo que parecía muy difícil, y una pesadilla será confirmado. Donald Trump asume la presidencia de los Estados Unidos. No llega este nombramiento en un buen momento para México. El país se encuentra en un estado de depresión, por las permanentes conmociones políticas, por la situación económica, la devaluación del peso y por un gobierno que la inmensa mayoría de los ciudadanos rechaza por incompetente.
Trump y su administración abren un interrogante muy grande. Esperemos que los negociadores mexicanos se comporten con profesionalidad, y sepan presentar las ventajas competitivas que tiene México sobre los Estados Unidos. A nadie le conviene encontrarse que nuestro país en el “eje del mal”, ni a México, ni a las agencias estadounidenses. A pesar de ello, frente al insulto y el menosprecio la “dignidad nacional” debe prevalecer.
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