Sin rumbo, ni dirección, nos lleva la corriente de las elecciones del 2018

12 junio de 2017

Estábamos todos esperando las elecciones del estado de México. Se sabía que el día después iniciaba la «madre de todas las batallas»; la elección presidencial, de diputados y de senadores del 2018.
En Quintana Roo el Gobernador ha tratado de «gestionar» los tiempos. A un año de haber ganado las elecciones, no puede decirse que haya marcado una dirección clara a su administración. Prometió evaluación de funcionarios públicos, y correr a los que no lo hicieran bien… y nada de eso ha sucedido: de hecho el plan de gobierno (ya ni recuerdo su nombre), fue una anécdota para cumplir con el expediente; y los funcionarios ya ni siquiera se inquietan ante la crítica, porque saben que serán eternos.
Si ha logrado, calmar la grilla interna, en el seno de su administración, en donde los que se creen notables están preparando sus armas para dar el «gran salto» hacia adelante. No hay lealtades… ni destacan estos funcionarios por una particular vocación de servicio, pero eso no le importa a nadie.
A decir verdad, se está imponiendo la calma de los cementerios. No hubo cambio, pero a pocos les importa. En el fondo así es la política… y así son los políticos.
Muchos ciudadanos hemos engrosado las filas de los descontentos. Sin embargo, pocos son los que siguen señalando con el dedo la necesidad de un cambio; y al que se atreve a recordar la idea le llaman «ardido» o «priista» (que es peor)
Ésto en un mundo lógico apuntaría a que en las próximas elecciones el abstencionismo fuera importante. A pesar de ello, en el Estado de México, tras unas elecciones más tristes que la Semana Santa, la participación electoral ha sido elevada… lo que quizás marcará tendencia también en Quintana Roo.
El Estado va a seguir la inercia electoral hasta mediados del 2018. No se prevé originalidad, ni buen gobierno. Es muy probable que Juan de la Luz y su gente operen con confianza absoluta y que los negocios fluyan sin problemas en lo oscurito.
El Gobernador ha probado ser un estratega aceptable… ahora todo es esperar y navegar con bandera de «yo no fui». Lo peor de la tormenta… de momento ha pasado.. y con Beto atrapado en Panamá y Félix nervioso, pues todos estamos felices, porque la justicia divina alcanza a los más poderosos.
Las primeras bajas de este gobierno serán los «ungidos» para competir por una plaza de elección popular… esos serán los que abandonen la nave… quien sabe si para bien.
Morena va a ser el gran enemigo a batir. No es ningún secreto. ¿Tendrá Pech y el Peje la fuerza suficiente para ganar todos los distritos federales en Quintana Roo? ¿Se renovará la coalición PAN-PRD? ¿Se creará una estructura joaquista? Creo que a estas alturas nadie lo sabe. La moneda todavía está en el aire.
Los joaquinistas confían en que la suerte continuará… ya depuraron la administración pública y saben que los funcionarios no van a arriesgar cuatro años de trabajo seguro.
Todos vamos a esperar los siguientes meses para ver por donde sopla el viento . Es una lástima, en todo caso que el estilo político de siempre se haya consolidado, y que el pueblo no se encuentre en el centro del pensamiento de los actores políticos.
De momento en las redes sociales la agresividad de los «joaquinistas», ya es tan soberbia como antaño fue la de los priistas.
Estas cosas tiene el poder…
Por cierto… anticipándose al periodo electoral, el Gobernador celebró el día de la libertad de expresión con buena parte de los comunicadores del estado. Despues de la frialdad y el desprecio, este gesto cínico o reconciliador (según se mire), ha sido recibido con caras largas (así lo muestran las fotos). Nada que ver con el relajado convivio que el viernes pasado celebraron estos mismos protagonistas en un rincón de Chetumal.

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