¿Por qué hay tanto malestar en Bachilleres?

14 de octubre 2017

El 15 de mayo del 2017 Ana Isabel Vázquez Jiménez, Directora de Bachilleres, se reunió con directivos del Colegio de Bachilleres y les anunció que a partir del mes de enero del 2018 se iban a modificar sus percepciones salariales en relación a las prestaciones que recibían por sus cargos directivos. Se les informó que desde el año 1980 éstas estaban mal calculadas, por lo que a partir del mes de enero perderían un 40% de lo percibido. Recientemente, por otra parte, se informó a los profesores con más “antigüedad” de la institución, que cuentan con un contrato de 28 horas a la semana de clases frente a grupo, y 10 con descarga académica (lo que se utiliza para desarrollar actividades no relacionadas con la docencia directa), que las 10 horas señaladas no les iban a ser retribuidas. Todo parece indicar que la Directora General está dirigiendo un “ataque” en toda regla contra los profesores más veteranos del sistema de Bachilleres, con la intención de aburrirlos y orillarlos a solicitar su jubilación. Y que, al mismo tiempo, esa política de “fuerza” esté tratando de condicionar la “sumisión” de los cuadros intermedios de la institución.

El ingeniero Ángel Franco Gamboa protestó públicamente, y según fuentes confiables fue acosado y obligado a optar por la jubilación. Lo mismo ha ido sucediendo con otros maestros como Rafael Beltrán Chin, Lenin Lizama, Jorge Martínez, Reyna Castillo, Guadalupe Uc, Gabriela Pren, Alicia Suarez o Javier Esparza; y se señala que van a ser varios más los que van a ser liquidados antes de finales de diciembre del 2017. No es de extrañar entonces, que en el interior de la institución se haya organizado una resistencia muy seria en contra de su directora. En diferentes notas de prensa nos encontramos “ataques” contra Ana Isabel Vázquez. Se le acusa de amenazas laborales, de hostigamiento, de soberbia, de gastos superfluos, de “colocar” al hijo de su amigo Rafael Romero Mayo, y de proveerle un salario desorbitado para un jefe de departamento. Se le acusa de “regañar” y “amenazar” a padres de familia, a los que se les “obligó” a asistir a charlas impartidas por el conocido Miguel Ángel Tenorio, alias “El buscador”; y de otras cosas más serias, que, sin embargo, me parece que llegan demasiado lejos.

En este contexto de guerra civil interna, es normal que la situación se haya desbordado, y que la directora reciba ataques anónimos de todo tipo en las redes sociales. En lugar de cuidar por el bienestar de los trabajadores de la institución, ésta se ha dedicado a “cultivar” sus relaciones con la clase política del estado, y de buscarse quien la proteja del enojo de sus trabajadores, y de los “periodicazos”. Señalan éstos que su objetivo final es conseguir amortizar a toda una generación de profesionales que han dedicado su vida profesional al Colegio de Bachilleres, y reclutar a jóvenes con contratos de miseria para cubrir estos espacios.

Una de las inconformidades que manifiestan estos trabajadores, algunos de los cuales tienen mucho miedo a expresarse por las represalias, es el hecho que la Dirección General de Bachilleres se haya situado en un local rentado a Abraham Rodríguez, actual director del Instituto de Infraestructura Física Educativa del Estado de Quintana Roo. Se preguntan si esa renta no incurre en conflicto de intereses por parte de un funcionario público importante que rinde servicios al sector educativo.

Me tocó conocer a Abraham Rodríguez en la campaña electoral. Es una buena persona. En esos días nos lamentábamos porque el local en cuestión, que había sido la sede de la recaudadora de rentas, durante varios años, hubiera sido desalojado por el gobierno borgista, a consecuencia del apoyo de Abraham a Carlos Joaquín. De hecho, el café “Dulce Carol”, que administra su hermana y se encuentra en la esquina del local en cuestión, se convirtió en un espacio de moda en esos días, en los que se hacía campaña a favor del cambio político. Abraham Rodríguez es una pieza importante del joaquinismo, y Ana Vázquez, siguiendo instrucciones, o por conveniencia política tiene hoy sus instalaciones centrales en un edificio de su propiedad. Afirman los trabajadores que las instalaciones son muy poco funcionales, y tremendamente incómodas, y no se entiende el porqué de la selección de este espacio.

En los ataques recibidos por Ana Isabel Vázquez, se le señala de jactarse de su buena relación con el Oficial Mayor, del que se afirma que fue su “alumno”. La verdad es que me extraña que Ana Isabel haya sido maestra de Alamilla. En Bachilleres sólo fue jefa de materia, y en la UQROO era una administrativa, que durante muchos años ejerció en los eventos institucionales como maestra de ceremonias. En el supuesto de que hubiera dado alguna materia por asignatura, me parece que es demasiado joven, como para haberle dado clases a Manuel Alamilla. En todo caso, si es muy posible que haya cultivado esa relación, y que Alamilla la apoye en su proyecto de reestructuración del Colegio de Bachilleres.

Es muy interesante, en este sentido, el buen concepto que de ella tiene el presidente del Consejo Estudiantil de Bachilleres, el joven Luis Mario Baeza Zavala, integrante de una de las familias políticas más importantes de apoyo al joaquinismo, que ha estado estos días confirmando públicamente la profesionalidad de la directora del Colegio de Bachilleres. Finalmente, sorprende la abierta actitud de defensa de la directora, de Miguel Ángel Martínez Castillo, que desempeña el importante cargo de director de evaluación y seguimiento de la Secretaría de Gobierno, y que depende directamente del despacho del Secretario de Gobierno. Éste tuvo el tiempo incluso para pedirle a este “opinador” que eliminara de su muro una información que reenvié y que apareció en fechas recientes en las redes sociales (no lo tomé como intento de censura gubernamental, pero cualquier otro quizás hubiera pensado de otra forma).

Si este escenario se confirma, y no se privilegia la “Política” en mayúsculas, para arreglar los problemas, es previsible que los ataques en contra de la directora del Colegio de Bachilleres continúen en las redes sociales. Desde otro punto de vista, la actitud inmovilista de CJ, y los apoyos con los que Vázquez cuenta en las altas estructuras de la administración, y de la clase política joaquinista, indican que va a seguir en su puesto durante un buen tiempo.

No se da cuenta probablemente la directora, por esta situación, que ella está de paso, mientras que los trabajadores de Bachilleres desarrollan una amplia carrera profesional a lo largo de su vida en la institución. ¿Será oportuno desmantelar a toda la vieja guardia de Bachilleres de un plumazo, e integrar de golpe a nuevos profesionales mal pagados en sus posiciones? Ojalá y no contribuya esta decisión a desmantelar la calidad de los programas educativos de esta institución al servicio del Estado y de los jóvenes quintanarroenses.

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