De “la esperanza” a la “realidad”: traiciones morenas en Quintana Roo.

3 de octubre 2018

Hace dos años no hubo cambio de ningún tipo, y hoy la esperanza se ha marchitado al enfrentarse en contra de la verdadera mafia del poder, con una rapidez espectacular. Supuestas idealistas como Yensuni Martínez (Síndico de Othón P. Blanco), y el oscuro Omar Sánchez Cutis (Síndico de Solidaridad), se dieron la mano para traicionar a Andrés Manuel López Obrador, y a los ciudadanos que votaron por la esperanza, y la idea de que la política se pudiera gestionar de otra forma. El “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo” ha durado menos que una sesión de cabildo.

En estos momentos tanto el Gobernador, como Laura Beristain, como Hernán Pastrana (y por supuesto el pueblo que les apoyó) han sido traicionados por los grupos del PODER. En este teatro todos los actores están hablando de la sucesión en la gobernatura. Encontramos en la lucha inicial a dos morenistas que compiten por el futuro: José Luis Pech Várguez y Luz María Beristain. En el otro lado del escenario se sitúa el operador real de esta administración, Juan de la Luz Enríquez, que está jugando su futuro apostando a MORENA, y que piensa que Pech, Chucho Pool, Maribel Villegas o el que tenga la suerte de llegar con opciones, pudieran ser buenos candidatos para asegurar su futuro personal (y el de su grupo). Los joaquinistas de verdad no existen ya. El grupo de Tepito se ha encargado, con malas artes e inteligencia, de irse deshaciendo o cuestionando a uno detrás de otro.

CJ está muy sólo, igual que Laura y Pastrana (a los que sin preguntarle al pueblo quieren destituir u obligar a renunciar).

Es un juego de ajedrez complicado el que las elites están manejando en Quintana Roo. Benito Juárez ya estaba en manos del teórico operador del gobernador. No era un secreto para nadie que Mara Lezama era su candidata. El esperpento, que el bueno de Juan Carlos Pereyra organizó, primero promoviendo a Chanito, para después despedazarlo, fue una jugada kafkiana innecesaria, pero que tenía la intención de hacer ganar a su supuesta adversaria.

Se cuenta que, en Playa del Carmen, Luz María Beristaín, relacionada con Félix González Canto, pactó con el grupo Tepito, para permitir que la joya de la corona joaquinista siguiera presidida por Cristina Torres. Sin embargo, el efecto AMLO, y un último mes en el que la familia Beristain cambió de opinión, logró detener la gran inversión económica de Torres, y la intención de los estrategas de dejar en Solidaridad a Cristina entretenida. Para Juan de la Luz hoy en Playa del Carmen hay dos o tres figuras a las que hay que “eliminar”. Laura Beristain, por no cumplir con su pacto, y Cristina Torres y Gerardo Ortega, por su relación de amistad excesivamente cercana con el gobernador.

¿Qué pasó en Playa del Carmen? 1. No es desconocido que la transición entre Cristina y Laura ha sido ríspida. Se generó un ambiente de mucha tensión, por un resultado electoral muy ajustado, y por una aceptación de la derrota poco elegante. 2. Laura Beristain y su hermana Luz María no gozan de la simpatía de muchos integrantes de MORENA, y la alcaldesa electa no ha sabido manejar una operación cicatriz efectiva. Demasiada gente en MORENA piensa que “su familia” influye demasiado en su forma de actuar. 3. El grupo que gobierna el estado, del cual empiezo a descartar al solitario gobernador, no podía permitir que el tercer municipio del estado, estuviera en manos de gente no controlada (pensando sobre todo en temas empresariales y de negocios). 4. Pech no podía permitir que la güera Beristain tuviera un feudo de poder, que le dificultara posicionarse en la carrera a la gobernatura. 5. Juan de la Luz no podía resistir, en este contexto de tensión, la travesura de desgastar la relación entre Gerardo Otero y su compadre, el gobernador, para dejarlo más solo.

En este contexto José Luis Pech pactó con Juan de la Luz y lograron que la presidenta municipal perdiera la secretaría general, que recayó en el priista Walter Ruperto Puc Novelo, la Dirección de Ingresos y la Secretaría de Seguridad Pública. Y lo que es más importante, mandaron el mensaje de que ellos son los que mandan; lo que se materializó con el apretón de manos entre el Secretario de Gobierno y Laura Beristain (cada día me convencen más que López Mena sí pactó con Enríquez -my mistake-).

En relación a la agresión a Samaria Angulo y la reacción de su marido Gerardo Ortega hay dos versiones. En MORENA afirman que un colaborador de Laura fue amenazado por Gerardo, y que éste para “victimizarse” hizo que golpearán a su esposa en el momento en el que se fue la luz en el teatro. Señalan que ellos están limpios, a pesar de la tensión. El que conozca a Gerardo sabe que es absurdo que él mandara golpear a Samaria por ningún motivo. Es por esa razón que me inclino a creer la segunda versión. Conociendo que es “mecha corta”, sus enemigos en el gobierno le tendieron una trampa; provocaron el incidente y ahora piden su cabeza (la política local es asquerosa … y sí creo que son capaces de haber orquestado una situación de este tipo).

¿Qué pasó en Chetumal? 1. Los operadores del gobierno, que no son muy hábiles en temas electorales ni de campañas, nunca pensaron que podrían perder Othón P. Blanco; 2. José Luis Pech es del sur, y no va a permitir otro liderazgo que el suyo en MORENA. 3. Los operadores del gobierno tiene relaciones económicas e intereses consolidados con importantes sectores económicos y políticos cercanos al priismo. 4. Los “chamacos idealistas” de MORENA se dejaron chamaquear, y TRAICIONARON a una buena persona que nunca vio venir el golpe.

En este contexto los golpistas controlaron todo el poder. En la Secretaria General colocaron al sobrino de Fidel Guillen y de Eduardo Ovando. El poder empresarial y político del priismo más clásico, escogió a Alejandro Rivera Romero, como Secretario General, un joven político borgista que parece que tiene un futuro prometedor junto al gobierno del “cambio”. También se quedaron con la tesorería municipal y con la contraloría; y le asestaron un golpe moral muy duro a Hernán Pastrana, del que se señala que se siente sólo y que quizás pudiera tirar la toalla y renunciar.

¿Cuál es mi visión? Hernán Pastrana aguantará si su salud lo permite, y dará batalla. Laura Beristain y su hermana serán difíciles de doblar. MORENA tendrá que intervenir, y poner orden. Sin embargo, como señalé en muchas ocasiones durante la campaña, no creo que logren hacer cambios significativos, en virtud de la calaña de muchos de los operadores políticos con los que se han rodeado.

Al final, lo que queda es que la verdadera mafia del poder sigue manejando los hilos, y que ni el “cambio” ni la “esperanza” han sido más que lemas para manejar a una ciudadanía enojada y con muchas ganas de que la gestión pública tenga otros modos de conducirse. Los candidatos, ya en ejercicio, están solos y tendrán que acostumbrarse.

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