La confusión del Gobierno del Estado de Quintana Roo

10 de octubre 2018

Se anunciaban cambios en el gobierno del Estado de Quintana Roo. Finalmente, éstos se han reducido a cambiar al secretario de Seguridad Pública, y al fiscal –que finalmente presentó su renuncia-. En el caso de la segunda dependencia se ha nombrado un interino, mientras se aprueba un cambio constitucional que permita que alguien que no tenga cinco años de residencia en Quintana Roo pueda ser fiscal. El gobierno del “cambio”, en los albores de la creación del Estado Libre y Soberano de Quintana Roo, que celebró su aniversario el 8 de octubre, se comporta igual que los gobiernos anteriores a la creación del Estado. La desconfianza en las capacidades de los quintanarroenses, generó un legítimo movimiento nativista, que finalmente llevó a la constitución de Quintana Roo como estado.

En estos momentos los intereses del grupo “Tepito”, que tiene más vida que nunca, están logrando que las mismas reacciones nativistas crezcan en Quintana Roo (aunque las desprecien, como antaño también se hacía). El gobernador no confía en los quintanarroenses, a pesar de las grandes inversiones en educación pública que se han realizado en el estado en los últimos años.

Curiosamente el 8 de octubre, Andrés Manuel López Obrador presentó el programa “Sembrando Vida”, que será manejado por María Luisa Albores, próxima Secretaria de Bienestar (se sustituye la SEDESOL por esta nueva dependencia). El evento era importante para los gobernadores del sur de México, porque se pretende invertir 12 mil millones de pesos en la siembra de un millón de hectáreas con productos como cacao, canela, café, palma de coco, achiote, pimienta, hule, y agave. Es un programa dirigido a propietarios ejidales, y se pretende crear 400.000 empleos directos con jornales de 5,000 pesos mensuales.

AMLO no tuvo la sensibilidad de organizar el evento un día diferente, y el Gobernador de Quintana Roo, por razones obvias no pudo acudir, mandando en su representación a Juan de la Luz Enríquez Kanfachi (el tercero por la derecha en la fotografía), que no tiene todavía ningún nombramiento oficial, pero que apareció sentado en primera fila con los gobernadores en activo o electos Alejandro Moreno Cárdenas (Campeche), Adán augusto López (Tabasco), Cuitláhuac García Jiménez (Veracruz), Mauricio Vila (Yucatán) y Rutilio Escandón (Chiapas). Quintana Roo no mandó a ningún Secretario del Gabinete, sino que recurrió al que verdaderamente controla el ejecutivo, y que poco a poco va siendo más visible y conocido por los quintanarroenses.

Existe confusión en la administración de Quintana Roo. Se cuenta que Manuel Alamilla está muy ocupado estos días tratando de ordenar el desmadre que ha manejado en estos dos años. El gobernador está molesto con él, porque no sigue sus instrucciones, y en estos momentos es necesario “formalizar” muchos cargos en la administración pública, que no “existen”, pero que reciben nómina por parte del gobierno quintanarroense. A ello obedece, entre otras razones, el que se esté planteando la reforma de la oficina del gobernador, y también muchos cambios en la secretaría de gobierno. Se está centralizando todo el poder, con estos movimientos, en el jefe de despacho del gobernador (que supuestamente será Juan de la Luz Enríquez). Desaparecen dependencias u oficinas, para volver a aparecer de una forma centralizada. Es el caos y la confusión en la administración gubernamental. Todo cambia, para nada cambiar. Es la perfecta metáfora del estado en el que se encuentra la gobernabilidad quintanarroense.

Por lo menos, el cambio en las estructuras de seguridad, refleja que la culpa de que la inseguridad se haya incrementado, no es de los que nos dedicamos desde hace mucho tiempo, a escribir sobre el tema señalando el problema (como se acusó desde el gobierno). Finalmente han reconocido que la situación se les escapó de las manos, y se da la impresión de que quieren organizar el cóctel mortal para acabar con el crimen organizado (con los cambios en la dirección de la secretaría, de la fiscalía, la constitución de la brigada de policía militar y la gran inversión en tecnología y cámaras de videovigilancia). Ello es un ejemplo más, igual que la reorganización gubernamental, que con la soberbia y el desprecio por las ideas ajenas no se arregla nada. Es conveniente escuchar a la ciudadanía. Este Gobierno prometió que lo haría, pero hasta la fecha todo ha sido desdén y simulación (y la ciudadanía se lo reprobó con mucha dureza en las últimas elecciones)

¿Y qué pasa con Alamilla? En todos los mentideros políticos se da por un hecho, desde hace semanas, que el instrumento más visible del grupo “Tepito” va a dejar de ser Oficial Mayor. Ya señalé en otras columnas, que veía difícil que Enríquez prescinda de Alamilla ( a no ser que lo considere amortizado). De momento, todo parece indicar, que la Oficialía Mayor desparecerá, en el momento en el que lancen al chetumaleño a la contienda electoral. Se quiere dar aire a “Confianza”, y que uno de los candidatos estrella del “desastre” que se anticipa sea Manuel Alamilla Ceballos. Al mismo tiempo, su jefe, hace sus movimientos con MORENA, y trata de que su grupo reciba el calor del nuevo gobierno federal. Lamentablemente, de todo este caos y confusión los que salen perdiendo son los quintanarroenses, y por supuesto el gobernador, al que le han extirpado de su lado a todos aquellos que tenían la posibilidad de hablarle al oído, y que cada día se queda más solo en el olimpo del poder.

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