6 de diciembre del 2018
El día de ayer el Rector de la Universidad de Quintana Roo, Ángel Rivero Palomo, fue electo vicepresidente del Consorcio de Universidades Mexicanas (CUMEX). Esta situación prácticamente garantiza que la UQROO reciba en un plazo de dos años la presidencia de esta asociación de universidades, que reúne a 31 instituciones de educación superior que desde el año 2005 se pusieron como meta la evaluación continua de sus programas educativos, y la mejora constante de los programas educativos.
Recuerdo perfectamente cuando la UQROO inició, bajo el liderazgo de Francisco Rosado May, y luego de José Luis Pech Várguez los procesos de evaluación tanto administrativos, como académicos de la institución. Algunos profesores, se quejaron amargamente, porque veían la sombra del liberalismo, en estos procesos de acreditación. Ciertamente las autoridades federales empujaban; y poco a poco los recursos federales que llegan a la Universidad se fueron asociando y condicionando a los resultados de estas evaluaciones.
Desde esa época la UQROO entró en la lógica de la evaluación continua, y se dio un fuerte impulso para que muchos profesores completaran primero sus estudios de maestría, e inmediatamente los de doctorado. Ello, sumado al impulso de un sistema de incentivos que se modificó, para orientarse a las necesidades de la universidad, contribuyó a que la cultura de la evaluación se instalara de forma definitiva en la vida cotidiana tanto de maestros, como de administrativos. De hecho una de las tareas burocráticas más tediosas (para un académico), que ha llegado para quedarse, es la de estar en permanente alerta, preparando la siguiente evaluación (de programas académicos, de procesos administrativos, del Sistema Nacional de Investigadores, del plan anual de labores, de los estímulos, del PRODEP). Además algunos profesores todavía se complican más la vida, porque son invitados para evaluar a otras instituciones, diferentes proyectos de investigación, y otras múltiples dictaminaciones que les son requeridas.
La UQROO ha sido constante en estos procesos. A pesar de iniciar una crisis económica y de abandono político muy seria en el gobierno de Roberto Borge Angulo, ésta se encuentra en proceso de recuperación.
Poco a poco, se están consolidando los dos nuevos Campus de Playa del Carmen y Cancún, y se están concluyendo obras emblemáticas como el Teatro Universitario, la casa del estudiante indígena, o la unidad de Ciencias de la Salud en Chetumal.
En el año 2015 el 74% de los programas se encontraban evaluados de forma positiva, y hoy en día se ha logrado alcanzar las cifra de un 94%. Estas son buenas noticias.
A pesar de ello, Quintana Roo debe tomarse muy en serio, el seguir consolidando el proyecto de la principal casa de estudios del Estado. Se han de invertir recursos, tanto en recursos humanos (desde el año 2008 no hay un proceso de recategorización, y prácticamente no se abren plazas de profesores de tiempo completo competitivas), como de inversión en infraestructura.
Los beneficios que la UQROO ha aportado al estado son difíciles de exagerar. ¿Tienen idea de la cantidad de jóvenes de escasos recursos que han podido acceder a estudios universitarios gracias a la UQROO? ¿Saben cuantos egresados ya son maestros y doctores, y están repartidos por toda la geografía nacional impartiendo clases y realizando investigación en centros de alto rendimiento? Muchos más de los que imaginan. Es un recurso humano, que en muchos casos quiere regresar, y que bien pudiera utilizarse para seguir impulsando la educación, la ciencia y la tecnología en el estado.
Por otra parte, hay que dejar de confundir a la sociedad. Dejando a un lado a la Universidad del Caribe, a la UIMQROO, y al sistema de tecnológicos, que deben seguir fortaleciéndose; alguien me puede explicar qué sentido tienen universidades públicas patito, con rectores patito, que además se dedican a «explotar» laboralmente a buena parte de la juventud quintanarroense.
Creo que ha llegado el momento de que empecemos a valorar lo que tenemos. La UQROO es una buena Universidad, que ha tenido liderazgos, salvo excepciones, que la han sabido situar en el contexto nacional, con la ayuda de sus profesores y administrativos. Se ha de seguir apoyando con recursos y voluntad.
Se ha de reforzar la fortaleza de los campus de Playa y Cancún; así como los servicios y condiciones para los estudiantes con mayores problemas económicos. Fortalecer significa inyectar mayores recursos para recursos humanos e infraestructura; y confiar en una comunidad universitaria, que a pesar de sus «grillas», ha sabido consolidarse con el paso de los años, y ha tenido una paciencia muy grande con los recortes económicos y con la utilización política -interna y externa- de la institución.
No es necesaria la «autonomía» universitaria, ni los grupos de porros acomodados -que responden a sus intereses particulares-. Lo que es importante es consolidar un proyecto de universidad estatal que siga sirviendo al progreso de la juventud quintanarroense; para ello se requiere del apoyo político y ciudadano decidido y permanente.
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