Sobre plataformas partidarias y candidatos independientes

4 diciembre 2019

El día de ayer Tania Casa Madrid anunció en su página de Facebook que el próximo sábado 7 de diciembre asumirá la dirigencia municipal del Partido Verde Ecologista de México. El evento tendrá lugar en la comunidad de Altos de Sevilla, en el corazón de la zona rural de Bacalar.

Los comentarios que ha recibido en su página son muy interesantes. La mayoría de las personas le felicitan y algunos recelan de la plataforma partidaria, pero le desean suerte. Unos pocos señalan que el PVEM gana más con su presencia, que ella asumiendo el “costo político” de asociarse a esos colores.

Ello me ha hecho reflexionar. En una encuesta telefónica aplicada recientemente, Tania recibía un importante apoyo como candidata independiente. Es una de las pocas políticas en el sur del Estado relativamente conocida con una imagen aceptable. ¿Qué debería haber hecho? ¿Cuál es el camino para construir una candidatura? Esta reflexión es válida para todos los liderazgos políticos que deben ir surgiendo de forma natural en el sur de Estado de Quintana Roo.

En este caso estamos hablando de una activista social, identificada con la izquierda social, que lleva años trabajando tanto en el ámbito turístico, como en la zona rural. Es una reconocida bacalarense que ha abogado de forma constante por mantenimiento sustentable la laguna, por el uso de fertilizantes y productos para el campo que no sean contaminantes, y que ha impulsado el trabajo de regulación de un buen número de guatemaltecos que se encuentran en situación irregular en las comunidades de Kuchumatán, Maya Balam, San Isidro, Caan Lumil y Miguel Hidalgo. Tania también se ha destacado tanto como promotora cultural, como por haberle hecho frente a integrantes tradicionales de la clase política más oscura de su municipio (lo que le he generado situaciones problemáticas y en algunas ocasiones guerra sucia)

Con un perfil de este tipo, y en un momento en el que la gente quiere que su clase política sea algo diferente, a lo que tradicionalmente se ha manejado, ¿cómo lograr que sea posible abrir el círculo vicioso y albergar una posibilidad de esperanza? Se ve claramente en los perfiles de buena parte de los cuadros de MORENA. Son los mismos de siempre, purificados por el manto redentor de AMLO. Es cierto que los políticos no son extraterrestres, y que de algún sitio deben de salir. Es necesario una relativa experiencia y profesionalización para saber aguantar el tipo y lograr una gestión que sea lo más eficiente posible.

También es cierto, especialmente en zona rurales, que la idea del pueblo sabio y bueno, retrata medianamente al votante promedio. Frente a la desconfianza que se tiene frente al gobierno y la clase política, la mayoría de la gente quiere cosas concretas, y prefiere la compra de su voto, que la promesa de un cambio verdadero. La elección de Carlos Joaquín en 2016, o de Andrés Manuel en el 2018 rompen un poco esta dinámica, por el hartazgo de la gente; pero los programas sociales del presidente de México confirman esta tendencia. Las transferencias monetarias, más que combatir el rezago y la pobreza, son políticas concretas de “compra de voto” por anticipado.

Cambiar el sistema político es imposible en el corto plazo, y mucho más para los posibles liderazgos políticos que surjan en el sur del Estado de Quintana Roo.

Ganar una elección en un municipio como Bacalar tiene un costo de entre 8 y 10 millones de pesos, y Othón P. Blanco requiere por lo menos el doble de recursos y que se forjen alianzas. Ni la prensa, ni los líderes locales, ni los votantes se movilizan de forma consistente si no hay recurso por en medio. Lamentablemente esta es la situación en buena parte de México. Es ingenuo pensar de otra forma, y tratar de estrellarse con la realidad. También es un hecho que hay que pactar con grupos de poder.

Un buen político debe ser capaz de convivir con estas circunstancias, y en el tiempo que se le ofrezca la posibilidad, debe tratar de impulsar una agenda que intente gestionar los problemas reales de la gente. Es básico que se deje acompañar por buenos equipos, que impulse sin egoísmos otros liderazgos que ayuden a impulsar una renovación de la clase política, y que sepa aceptar las críticas, tolerando las mal intencionadas y asumiendo las que enriquezcan.

En el caso que nos ocupa, me parece un ejercicio realista por parte de Tania Casa Madrid, el hecho de aceptar el liderazgo del PVEM. El mensaje que está mandando, es que está interesada en contribuir al desarrollo del municipio, y que se abre a alianzas sensatas. Acepta las reglas del juego, pero pide construir un proyecto que beneficie a la gente común y al municipio. Deja aparcado, quizás por el momento, la posibilidad de un movimiento independiente, y pide una oportunidad de servicio.

Ahora depende de ella, de su habilidad y de sus equipos de trabajo el que logre consolidar una alternativa. Para construir una imagen como líder social con voluntad y trabajo es suficiente; pero para ofrecer alternativas de gobierno estables y confiables se requieren muchas más capacidades. El gobierno desgasta, y no es sencillo combinar intereses, y gestión eficiente. Sin embargo, no creo que haya de otra, porque la vía independiente no se ha consolidado en el país. Entre otras cosas, porque los intereses de todos son una gran losa.

No creo, que hoy por hoy, haya otro camino para las personas con vocación de servicio público, integrantes de la clase media de Quintana Roo, que tratar de construir alternativas desde las estructuras partidarias. Aquí el PVEM brinda una oportunidad y Tania ofrece liderazgo, trabajo y una esperanza.

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