5 de noviembre de 2020
Desde inicios de la década de los noventa, hasta los albores del cambio de siglo, el ingeniero Mario Villanueva Madrid ocupó puestos claves en la dinámica política mexicana. Fue presidente municipal de Benito Juárez (Cancún), Senador y Gobernador del Estado de Quintana Roo.
Esta época estuvo llena de esperanzas y frustraciones en la entidad federativa. Cancún agarró un ritmo de crecimiento impresionante; el municipio de Solidaridad (Playa del Carmen) se constituyó formalmente, y el crimen organizado empezó a consolidar sus redes de transporte y distribución de narcóticos.
Mario Villanueva Madrid tuvo que gestionar el inicio de la crisis de Chetumal y del sur de la entidad, por la entrada en vigor de los efectos del tratado de libre comercio, que hizo que Chetumal dejara de ser zona libre. Hasta la fecha, la capital del estado de Quintana Roo, no ha conseguido recuperarse.

Confiada en los empleos de gobierno, y en el consumo de los beliceños, todavía aguantó la crisis unos años más, para finalmente colapsar cuando Roberto Borge Angulo empezó a recortar empleos del sector público (lo que muy probablemente era inevitable), y con una gestión de Carlos Joaquín González que no ha sido creativa, y ha abandonado al sur, a pesar de sus promesas de campaña.
Llegué a Chetumal en diciembre del año 2003, concursé por mi plaza en la UQROO el mismo día que se abría la plaza de las américas. Durante años he conocido a familiares, compadres, ahijados, amigos y algunos detractores del ingeniero. Desde el principio me fascinó la historia, las leyendas y el cariño que le tenía la gente a Mario Villanueva. Hasta el punto que en el año 2008, le comenté en Madrid al ex ministro español Gustavo Suárez Pertierra, a la sazón presidente del Real Instituto Elcano, que me gustaría escribir un trabajo sobre la vida del ingeniero. Suárez Pertierra me tiró a loco, porque me estaba ofreciendo un espacio para publicar un artículo, pero no le parecía importante el tema. Finalmente, no publiqué nada, y ha sido hasta junio de este año que con Charles Powell como presidente del RIE me han publicado un paper sobre la violencia en Quintana Roo.
¿Por qué la gente quiere a Mario Villanueva Madrid, especialmente en el sur de Quintana Roo? ¿Por qué hay una visión mayoritaria que está convencida de su inocencia, y que señala que su encarcelamiento se debió a la venganza política del presidente Zedillo? Quizás algún día se me haga el escribir la historia, de la forma más objetiva posible. Una crónica detallada que tiene que ver con la historia profunda y la dinámica política local.
Esta pregunta se la he hecho a muchas personas, y casi todas coinciden en que fue el carácter de Mario Villanueva el que contribuyó a generar este efecto. Todos lo califican como de una persona cercana, que no perdió el piso, que se preocupaba por atender a las personas; y que cumplía con todos los que se acercaban a platicar con él. Ese modelo de político cercano, profesional, confiable y eficiente es lo que una mayoría de ciudadanos añoran en la clase política local. Es por ello que para muchos es un símbolo sobre cómo sí es posible hacer las cosas bien. Por supuesto, también muchos recuerdan su estilo impetuoso, arrebatado y en ocasiones rudo; pero lo disculpan por su compromiso con la gente. Mario Villanueva Madrid representa un modelo de gestión paternalista-clientelar, que controlaba al detalle la administración y el gasto público.
¿Por qué la gente quiere a Mario Villanueva Madrid, especialmente en el sur de Quintana Roo? ¿Por qué hay una visión mayoritaria que está convencida de su inocencia, y que señala que su encarcelamiento se debió a la venganza política del presidente Zedillo?
El aislamiento de Chetumal y su ventaja fiscal como zona libre de impuestos, facilitó que durante muchos años se convirtiera en un polo comercial regional. Se encontraban productos de diferentes partes del mundo, a buen precio, y con estándares de calidad. Era fácil adquirir productos de abarrotes, electrodomésticos, ropa, y otros productos de importación que llegaban en barco a través de Belice, o en avión desde Panamá. Había trabajo, y los que tuvieron la fortuna de tener locales en las principales calles comerciales como la avenida de los Héroes, la Cinco de Marzo o la avenida Juárez, no necesitaban ser comerciantes vocacionales para ganar mucho dinero.
Me cuentan que llegaban los agentes comerciales, y que te llenaban la tienda. Ello fue el causante, me señalan, de una falta generalizada de cultura de servicio, y de que muchos propietarios no fueran comerciantes profesionales, y que se hundieran de forma definitiva cuando la crisis llegó, después de no haber querido despertar de un sueño de prosperidad artificial sobre el que Chetumal estaba montado.
Llegaban visitantes de todo el sureste mexicano únicamente a comprar, había una importante promoción peninsular; y especialmente en la semana de comercio, que tenía lugar en el mes de octubre, la ciudad se llenaba de gente.
Ese modelo de político cercano, profesional, confiable y eficiente es lo que una mayoría de ciudadanos añoran en la clase política local
Ese mismo aislamiento, es el que posteriormente ha condenado a una ciudad, que ha visto como el desarrollo se fue al norte de la entidad federativa, y que a pesar de tener jóvenes bien formados, no ha logrado todavía encontrar la fórmula para su renacer económico y político.
Mario Villanueva gobernó en el contexto de desmantelamiento y desaceleración económica del sur de la entidad. Excepto la creación de la carretera a Mahahual, que luego permitió que se estableciera el muelle de cruceros; no me recuerdan grandes políticas públicas en su periodo. Sin embargo, existe un sentimiento mayoritario de afecto por su figura, que puede ser impulsada por lo que muchos consideran el “martirio” de su encarcelamiento “injusto”, pero que sin duda tiene mucho más que ver con el recuerdo de su estilo de gobierno.
El gobernador de Quintana Roo organizaba audiencias de cuatro o cinco horas de conversación con la gente, y se detenía diez minutos con cada uno de ellos. La sensación es que escuchaba de verdad y resolvía problemas. Les daba seguimiento personalizado y lo que prometía, lo cumplía. Era duro, y en ocasiones inflexible; sin embargo, me señalan que siempre escuchaba y no “te cortaba la cabeza” sin que tuvieras la ocasión de defenderte. Procuraba hacer las cosas bien, y era sensible. Era fiscalizador, un micro gerente, que controló el gasto administrativo, y repartía el recurso entre la población que le solicitaba el apoyo de forma directa,
Este estilo autoritario-paternalista, propio de sistemas políticos tradicionales, se encuentra detrás de la expectativa de la población de que los políticos deben “entregar” algo a cambio de su voto. Sin embargo, en mi opinión, ese modelo de político cercano, profesional, confiable y eficiente es lo que espera la gente. Lo que una mayoría de ciudadanos añoran en la clase política local son acciones sencillas como la limpieza de las áreas comunes, el reconocimiento de los ciudadanos como «personas» y una eficiencia en el servicio público razonable.
Esa es la esencia de la “leyenda”. Especialmente en el sur de Quintana Roo se requieren políticos profesionales, que estén dispuestos a servir a la gente. No se necesitan ni grilleros, ni parlanchines, ni modelos de pasarela. El futuro de Chetumal, de Bacalar, de Carrillo Puerto y José María Morelos pasa por ciudadanos que se integren al servicio público, que no busquen enriquecerse, que escuchen a la gente de verdad, y que se aboquen a la gestión de sus encomiendas sin descanso y con eficiencia.
La sensación es que escuchaba de verdad y resolvía problemas. Les daba seguimiento personalizado y lo que prometía, lo cumplía. Era duro, y en ocasiones inflexible; sin embargo, me señalan que siempre escuchaba y no “te cortaba la cabeza” sin que tuvieras la ocasión de defenderte
También de una sociedad civil que se active, y de una cultura de emprendimiento que pueda generar empleos; limitando las pretensiones de muchos líderes ejidales, de sindicatos y de cooperativas, que han cambiado su misión; pasando de ser estructuras de desarrollo social y protección de trabajadores y campesinos; para convertirse, en grupos de élites, relacionados con una clase política corrupta, que privilegia sus desubicadas pretensiones de enriquecimiento rápido y bloquea el crecimiento y el desarrollo del sur del estado.
3 Comments
Magnífico…
Saludos
Es un líder nato, basado en la cultura del esfuerzo y no del privilegio.
De cuna humilde
Preparado y fue capaz de interpretar fielmente el sentir de su pueblo.
Era directo, enérgico cula debe ser un gobernante y benevolente con el que pide con justicia.
Valiente en los momentos difíciles propios de un sistema arcaico.
Humilde en las desgracias.
Así era el ING. Mario Villanueva Madrid.
La carretera Cafetal-Mahahual fue construida enmla administración de Jesús Martinez R. La Mahahual – Xcalak fue en la admikistración de Mario Villanueva
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