30 de marzo 2002
El domingo inicia la campaña electoral para la gobernatura de Quintana Roo. Les puedo confirmar, por las conversaciones que he tenido en los últimos meses, con diferentes líderes políticos nacionales, que efectivamente hay un pacto para que Mara resulte la vencedora en este proceso electoral. No les estoy señalando nada nuevo.
El enojo de Jorge Emilio González con Laura Fernández Piña es real, e incluso lleva meses amenazando con llevarla a la cárcel por abandonar el Verde, tratar de competir, y no seguir la línea. Lo mismo pasó con Chacho García Salvidea, con Greg Sánchez, y con el propio Mauricio Góngora. Nuestras elites políticas son muy autoritarias y no tienen vocación democrática. El decir “no juego” o “juego en contra” puede salir muy caro.
Quintana Roo, no sólo es Quintana Roo, me confesaron. Es el turismo, el tren maya, y representa muchos negocios millonarios. El presidente quiere ganar la elección, y para ello los partidos políticos han facilitado las cosas.
Laura Fernández Piña se “coló” en este escenario, y desde el primer momento ha sido ninguneada por todos; lo que le llevó a que tuviera que hacer un slogan que señalaba que competía en serio por la gobernatura. El PAN y el PRD, tampoco han ayudado en este contexto, y han seleccionado candidatos a diputados que en general son muy poco competitivos, lo que llevó a que Laura Fernández, incluso amagara con retirarse de la contienda. En ese sentido Movimiento Ciudadano, está dando la sorpresa al presentar en las diputaciones candidatos mucho más frescos y competitivos que el resto de los partidos.
¿Cómo llegamos a la campaña electoral? Las encuestas señalan que Mara va a ganar con mucha distancia. Las elites locales se han comportado, hasta el momento, con un pragmatismo muy claro, y han regresado a la disciplina tradicional priista. Prácticamente todos los priistas de renombre, después de un sexenio de “descanso” se han alineado con el presidente Andrés Manuel López Obrador, y confían que Mara Lezama sea generosa con ellos y les siga dando beneficios económicos, o por lo menos que no les complique la vida.
MORENA, el partido Verde y el partido del Trabajo han aceptado integrar a la clase política tradicional, y las formas de actuar de siempre. De esta forma han traicionado el espíritu implícito en la idea de transformar la forma de hacer política del país. AMLO no sólo no ha tenido problemas, sino que lo ha aplaudido con entusiasmo.
¿Cuál es el desgaste de la base de MORENA que sí quiere la transformación del sistema político?
Es muy difícil de medir. Muchos siguen confiando en la figura del presidente, y mantienen que todos los que piensan de forma distinta son unos ardidos que no entienden la profundidad de los cambios en el país. No se dan cuenta de que están en un gran error, y evidencian una tremenda ingenuidad en el análisis político. AMLO no está transformando el sistema político. Ha “congelado” la reforma de la administración pública, y la lucha contra la corrupción y bajo el pretexto de la “eficacia” ha recurrido a las fuerzas armadas para gestionar sus proyectos más sensibles. AMLO ha escondido la cabeza como el avestruz, para superar su sexenio y ha sacrificado su idea de transformar la forma de hacer las cosas.
Otros, los “chairos”, en el fondo son unos arribistas que nunca quisieron transformar nada. Son mercenarios de la política, y actúan como siempre se ha actuado en política, a golpes, faltando al respeto al adversario, y con autoritarismo. Les da igual que buena parte de la clase política tradicional se haya alineado con MORENA, porque lo que les interesa es estar en la pomada, o por lo menos olfatear las mieles del poder. Lo que no entienden estos camaradas, es que su “entusiasmo”, no va a tener necesariamente consecuencias significativas sobre su “bienestar” personal. México es un país de familias de poder, y de elites. La mafia del poder existe, y está totalmente integrada en MORENA y sus aliados. Como siempre, se van a quedar “milando”, como el chinito del chiste.
El pueblo, la mayoría de los votantes, empieza a tener claro que no ha funcionado ningún tipo de transformación. Muchos son receptores de las transferencias económicas directas, pero éstas se las cobran muy caro los chacales electorales, que tienen acceso a nombres y direcciones de beneficiarios, y que como siempre les van a recordar que pueden perder el beneficio. Tendremos que ver si el apoyo electoral a MORENA se sigue manteniendo, o si un sector importante se queda en sus casas y no va a votar.
Política es pragmatismo. Laura Fernández Piña se ha convertido al inicio de la campaña en la única candidata posible para competir con Mara Lezama. José Luis Pech, quizás, si empieza a hacer campaña algún día, puede tratar de convencer a un sector “coherente”, que ha apoyado la transformación del país, que ésta se descarriló, y que es necesario agarrar un nuevo rumbo. En ese sentido puede quitarle votos a MORENA. Nivardo Mena, ha realizado un trabajo importante en los últimos años, y cómo he señalado en diferentes ocasiones, puede afectar a MORENA a través de los compromisos que ha establecido apoyando con su fundación zonas marginales, y llevando a su esfera de influencia el voto evangélico de Quintana Roo. A ninguno de los dos les va a alcanzar, pero pueden desgastar a MORENA. Leslie Hendricks va a gestionar el poco voto duro partidario priista. Ella no tiene la culpa, los pactos cupulares le han llevado a una situación insostenible, y no creo que le alcance ni para desgastar tantito a Laura Fernández.
¿Cómo van a actuar todos los liderazgos que se han sumado en el último momento a Mara Lezama?
En principio van a tener que invertir recursos para mostrar que su apoyo es relevante. A pesar de ello, Mara se ha caracterizado por su hermetismo. No ha querido cerrar alianzas, ni deber favores. ¿Piensan que Mara les va a dar juego después de apoyar el golpe de Estado de Rafael Marín? Roma nunca ha pagado a traidores. Pronto van a darse cuenta, si no lo han hecho ya, de que no van a tener ningún peso político, en el caso de que Mara gane, y quizás alguno se pase con sus estructuras del lado de Laura Fernández.
En el caso de los priistas que se están acercando al partido Verde, tampoco van a tener juego. ¿Le permitirá AMLO a Jorge Emilio gobernar Quintana Roo, con todo lo que representa, o le dejará Cancún, Puerto Morelos y los negocios del norte? La administración pública no es lo que era, y no son tantos los huesos a repartir. Si es muy atractivo la oportunidad de hacer negocios, pero eso no se reparte en Quintana Roo. ¿Será que algunos apoyen verbalmente a Mara, pero que finalmente apuesten por Laura Fernández? Lo veremos en las próximas semanas.
Laura Fernández Piña es parte de la clase política tradicional. Sin embargo, tiene la oportunidad de presentar un equipo de trabajo que muestre que sí ha aprendido de los errores pasados, y que quiere hacer las cosas de una forma diferente. Sin duda no le ayudan los partidos que le acompañan, pero tampoco lo hicieron con Carlos Joaquín, que finalmente ganó la elección a pesar de los partidos.
El año 2016 era un momento político muy diferente al actual. Existía una clase política tradicional que se sentía traicionada por Roberto Borge, y CJ sirvió de catalizador del enojo de muchos ciudadanos que querían un cambio político. Finalmente, esos priistas resentidos, son los que gobernaron estos últimos años, con pésimos resultados.
Laura Fernández Piña puede convencer con buenas propuestas a los que no confían en los resultados que han generado los gobiernos de MORENA en Quintana Roo. A muchos ciudadanos pertenecientes a las clases medias que no creen en Andrés Manuel López Obrador, y que entienden que la experiencia en política puede ayudar a generar una gobernabilidad más eficiente. También va a rescatar a pragmáticos que entiendan que con Mara Lezama y Jorge Emilio González, no tienen ninguna posibilidad de acceder al poder, y que su única alternativa se encuentra en un escenario diferente.
Veremos lo que va sucediendo en la campaña. La política va y viene. Es muy difícil que Mara Lezama sea derrotada, a no ser que haya una elevada abstención electoral, y que muchas estructuras locales se sumen a Laura Fernández. Las elites nacionales así lo han decidido. Veremos si la gente acepta la imposición.
En todo caso, la diputada federal se está jugando su futuro político, y los grupos que la apoyan su influencia en la política local. El probable gobierno de Mara Lezama no va a ser muy diferente al que ha ejercido en Cancún, ni al que otros líderes de MORENA han realizado en la entidad. El desgaste de AMLO en México empieza a notarse, y cada día será mayor. Un buen resultado de Laura Fernández, aunque no logre la victoria, puede abrirle el escenario para otros momentos electorales, así como le puede facultar a liderar una generación política que vaya construyendo alternativas.
Add Comment